miércoles, 28 de mayo de 2014

The Horrors // Luminous // 2014

Mejoran y mejoran.

Uno de los discos más esperados del año ya vive entre nosotros. Y es que estos británicos vienen en plan creciente desde hace largo rato, golpearon fuerte tras la salida de Primary colours (2008) pero la consolidación para muchos llegó con Skying (2011), un disco que dio importantes señales de madurez y que por cierto se coló entre lo mejor que oímos aquel año. Bien sabemos de como la banda ha sabido llevar durante estos años el post punk y la psicodelia hacia un sonido atractivo pero que de igual forma aún genera anti cuerpos en muchos. De hecho Skying fue un álbum que abusó de los ambientes densos, cargados de teclados y sucias guitarras por lo que la duda frente a esta nueva entrega estaba en observar si la banda era capaz de continuar su ascendente carrera escapando al mismo tiempo de aquel callejón musical en el que se encontraban. El resultado finalmente se encuentra en estas diez canciones que muestran una faceta más limpia y armónica de la agrupación, unos Horrors más accesibles y pulcros aunque no por esto con menos identidad ni talento. La banda sigue dando pasos hacia adelante y eso es lo atractivo. 

Sin ser un disco sencillo, Luminous desde un comienzo muestra una tendencia hacia un rock más tradicional. En ese sentido existen canciones particulares que sostienen el sello de discos anteriores, sin embargo, se encuentran en el álbum elementos que claramente van en busca de un público más transversal, de ahí que la producción sea la más cuidada en la carrera de la banda y la mayoría de los temas encuentren coros o solos de guitarra contagiosos y bien logrados. Ahora, el resultado global de toda la jugada es tan equilibrado como fenomenal.

Tres minutos instrumentales dan la partida, teclados que poco a poco van entrando y finalizan en una explosión titulada "Chasing shadows", buenos coros y una dinámica adictiva adornan un tema que conecta de manera perfecta con "First day of spring", otra donde el rock y la velocidad son protagonistas (el solo con que cierra el tema está sencillamente perfecto). "So now you know" bajará un tanto las revoluciones trayendo de regreso, sin abusos ni excesos, los ambientes de Skying encontrando por cierto el primer momentazo del disco que sigue conectando de manera impecable con la siguiente, en este caso los teclados y la psicodelia de "In and out of sight". 

El nudo del álbum llega con "Jealous sun" y "Falling star", dos canciones de nivel medio que representan el momento más tradicional del álbum y que dan paso a la fantástica "I see you", probablemente el mejor tema del disco (y segundo momentazo). Soberbios siete minutos y medio de música en donde The horrors logra explotar al máximo las evidentes influencias ochenteras con que carga su sonido. Ahora, siento que el momento en donde este disco realmente nos convence de su nivel es con la aparición de la dulce balada "Change your mind", una agradable sorpresa que contrasta por completo con lo que venía sonando pero que, desde una vereda opuesta a lo que fue "I see you", vuelve a convencer. Para el final quedan el exquisito slide de "Mine and yours" y sólido cierre a cargo del medio tiempo "Sleepwalk", ambas reafirman la convicción de estar frente a un trabajo soberbio de comienzo a fin.

En síntesis: un gran disco, a la altura de las expectativas creadas en el pasado. Luminous es el álbum más accesible en la carrera de The Horrors (que es muy distinto a liviano eh?) y el más equilibrado a la vez. Si bien no muestra en lo estructural un crecimiento marcado en el sonido de la banda si demuestra que la habilidad de la agrupación a la hora de componer melodías atractivas se mantiene intacta y de hecho ha ido madurando con el tiempo. Grandes canciones, buenos arreglos, como para seguir soñando en grande. 

4 / 5
Excelente !


sábado, 24 de mayo de 2014

The Black Keys: Turn Blue (2014)

Golpeando (con calma) la mesa 

Curioso lo de los Black keys. Hasta 2011 habían editado seis discos, los cuales habían pasado desapercibidos para prácticamente la totalidad del planeta, sin embargo, tras la edición del fantástico El Camino todo cambió. Apareció la fama y el éxito de golpe, la rotación en festivales y por ende, las expectativas frente a lo que vendría para el dúo. El camino fue un disco que, con la ayuda de Danger Mouse, logró conjugar aquellas influencias blues de sus primeros álbumes con un rock muy atractivo, golpearon fuerte con aquel hit titulado "Lonely boy", sin embargo el álbum era mucho más que un tema pegajoso, estaba "Gold on the ceiling", "Little black submarines" , "Money maker" y todo un conjunto sonoro que de golpe catapultó a la banda a una categoría antes desconocida para ellos. Y bueno, por todo esto, a Turn blue lo mínimo que se le pedía es que fuese protagonista de este 2014 y frente al desafío The black keys ha jugado a la segura entregando un álbum sólido, regular, que cuenta con uno que otro momentazo de altísimo nivel pero que, tal como su título indica, baja bastante las revoluciones en comparación a lo que fue su antecesor. Dicho de manera clara, Turn blue es un álbum mucho más lento e íntimo de lo que fue El Camino lo cual desde ya representa un riesgo y merece cierto crédito. 

Hablando de la música, lo mejor de Turn blue está en su extraordinaria partida a cargo de los casi siete minutos de "Weight of love". Rock de bajas revoluciones que cuenta con guitarras envolventes y ambientes explosivos con los que es imposible no conectar, sin embargo, este acertado momentazo inicial se convierte al mismo tiempo en un problema ya que el resto del álbum jamás volverá a encontrar un instante tan bien logrado como este. Sonarán "In time" y "Turn blue" (la canción), dos piezas muy delicadas que desde ya hablan de un disco bastante sobrio pero de exquisita producción, más adelante "Year in review" o "Bullet in the train" se moverán en las mismas frecuencias. Entre medio de todas estas aparecerán dos un poco más dinámicas, primero el single "Fever", que llamó la atención desde un inicio gracias a esos teclados que huelen a single todo el tiempo (el intento por meter otra "Lonely boy" es algo descarado eso si) y luego el rock golpeado de "It's up to you now", uno de los pocos momentos del álbum que suenan a lo que fue El Camino

Y si el primer gran golpe de Turn blue se dio en la apertura, el segundo momentazo se vive entrando en la recta final del disco gracias al tridente "Waiting on words/10 lovers/In our prime", la primera es una exquisita declaración de amor en forma de balada, la segunda vuelve a retomar el sonido juguetón de "Fever" y da buen uso a los teclados, aunque esta vez sobre tiempos bastante más lentos que en la mencionada y la tercera posee atractivos idas y vuelta que perfectamente pudieron funcionar como un excelente cierre del álbum, el cual efectivamente llega con el rock de "Gotta get away", un buen tema pero que creo debió sonar muchísimo antes, como tema final no entiendo muy bien que pinta.

Es probable que Turn blue tenga que vivir un buen tiempo bajo la sombra de lo que fue la dinámica y éxito de El camino y aquello le juegue algo en contra, sin embargo, lo positivo es que The black keys responden frente a las expectativas sacando un gancho que no golpea exactamente donde la mayoría habría esperado. El álbum es sólido en su contexto, posee vida y elegancia propia, cuenta con (nuevamente) una exquisita producción, suena limpio pese a lo retro y contiene una que otra excelente canción. Claramente no estamos frente a un disco que de un salto cualitativo en la carrera del dúo pero si genera gratos ambientes además de mantener instalado el interés sobre la banda. 

7/10
Muy bueno.

martes, 20 de mayo de 2014

John Frusciante // Enclosure // 2014

Masturbación

De que el ex guitarrista de los Red hot chili peppers debe ser uno de los tipos más valientes de la escena actual, no cabe duda. Osado al punto de abandonar a su banda madre en dos ocasiones (ambas en pleno éxito comercial), la primera en 1992 a causa de su abuso con drogas y posteriormente en 2009 cuando argumentó el querer enfocarse en su carrera en solitario. El punto es que, sea como sea, con o sin banda de acompañamiento, John Frusciante ha dado muestras únicas de honestidad durante estas últimas dos décadas y aquello lo hemos podido corroborar en los múltiples trabajos donde su guitarra ha estado presente, el tipo ha hecho lo que ha querido y como ha querido, por ende, no debería sorprendernos tanto el giro que ha dado su carrera en estos últimos años, abandonando prácticamente por completo la guitarra, las estructuras tradicionales y entregándose de lleno a las maquinitas, la electrónica y la experimentación.

En el pasado han quedado álbumes como Curtains (2004) o The empyrean (2009), discos cargados de sensibilidad y en donde Frusciante intentaba sorprender pero siempre con su guitarra como protagonista, hoy el tipo está en otro rincón del universo, uno donde al parecer se ha decidido a soltar absolutamente todo y no dar tregua a quien escucha. Y si en 2012 llegó a nuestros oídos ese bicho raro titulado PBX funicular intaglio zone, dos años tenemos a Enclosure, la confirmación de que Frusciante no pretende recular sino más bien profundizar sus desvaríos electrónicos. En ese sentido este nuevo trabajo retoma el asunto exactamente donde lo había dejado su antecesor, es decir, en el caos mal entendido. Frusciante pretende desencajar a quien escucha y vaya que lo logra, al punto de llegar a ser molesto. Hay intentos de canción en donde las percusiones acaban por arruinarlo todo, como es el caso de "Sleep", el instrumental "Clinch" o el cierre a cargo de "Excuses", mientras que armónicamente "Fanfare" debe uno de los pocos momentos en donde el álbum efectivamente funciona, el resto se mueve entre el ruido intencionalmente descoordinado y los bruscos cambios de ritmo que jamás acaban de encajar.  

John Frusciante dio muestras durante años de sus amplias capacidades a la hora de encontrar bellas y envolventes armonías, hoy lo tenemos componiendo exclusivamente para si mismo y en ese sentido Enclosure no es más que un experimento fallido, y hay que entenderlo así, como pura masturbación. 

2 / 5
Malo


domingo, 18 de mayo de 2014

Thee Oh Sees: Drop (2014)

En estado de gracia

Esta es otra banda que edita discos como quien respira. Supongo que en tiempos como estos no les ha quedado otra, sin medios de promoción claros como en décadas anteriores (años en donde la radio o televisión dominaban fuertemente la promoción de la música popular), solamente las bandas de "renombre" se pueden dar el lujo de estar tres o incluso cuatro años en silencio, el resto no puede cesar la producción. Ahora claro, esta reflexión inicial no es más que especulación personal y puede que los Thee oh sees editen un álbum tras otro por mero gusto y no hay más, el punto es que sea como sea, siendo Putrifiers II (2012), Floating coffin (2013) e incluso este Drop discos más que interesantes, es imposible sentir que con los tres se armaba una obra maestra incontrastable. No ha sido así y a cambio hemos obtenido tres sólidos trabajos (que tampoco es poca cosa eh?).

Ahora, lo curioso es que este álbum viene antecedido por el anuncio a finales de 2013 de que la banda se tomaba un receso indefinido. ¿Estrategia comercial? Ellos sabrán, el caso es que en un abrir y cerrar de ojos tuvimos la noticia de vuelta de que los tipos seguían adelante y no solo eso, sino que además con nuevo álbum bajo el brazo, treinta minutos de música que dan continuidad al sonido que Thee oh sees viene desarrollando desde hace años (una especie de mezcla entre la dinámica de The stooges y el peso de los momentos más psicodélicos de Black Sabbath), aunque en el caso de Drop la balanza se ha inclinado un tanto hacia un sonido no tan frenético como en otras ocasiones. 

Drop se mueve en los terrenos donde transitó el excelente Floating coffin (un disco que deberías oír), y pese a que en esta ocasión los resultados claramente no han sido los mismos y durante momentos la sensación de estar escuchando "los descartes de Floating coffin" es inevitable, la banda continúa mostrándose en pleno estado de gracia. Funciona muy bien la ausencia de estructura que ostentan los casi seis minutos de "Encrypted bounce", los viajes psicodélicos de "Savage victory" o "Transparent world", el rock desenfadado de "Drop" (la canción), la pasada más tradicional que es "Camera (queer sound)" y las exquisitas bajadas de revoluciones que se viven con "King's nose" o "The lens". Ahora, los puntos bajos (o no tan altos podríamos decir) se encuentran en aquellos instantes donde el riff repetitivo se come a los temas y el asunto cae en cierta monotonía , "Penetrating eyes" o "Put some reverb on my brother" son ejemplos de lo que menciono, pelos de la cola eso si para un trabajo que sin alcanzar la excelencia no cabe duda que se encuentra por sobre la media. 

Quizás el desafío para Thee oh sees se encuentre en generar melodías que funcionen y enganchen más allá del atractivo jam session que suelen desarrollar, falta algo más de explosión en su música, que esta sea menos lineal ya que hasta el caos en algún momento puede volverse predecible. Puede que con más tiempo entre disco y disco logren dar con un giro interesante en su sonido, por el momento nos quedamos con estos buenos álbumes desarrollados al hilo y que han posicionado a la banda como una de las propuestas interesantes de los últimos años.

7/10
Muy bueno.

martes, 13 de mayo de 2014

Damon Albarn : Everyday Robots (2014)

Intimo y honesto

Han pasado casi quince años desde que Blur dejó de existir, período durante el cual Damon Albarn se esforzó por demostrar que sus habilidades a la hora de componer eran capaces de ir mucho más allá de su banda madre. Y bien le fue, el vocalista logró en base a diversos proyectos mantener su nombre vigente y mostrarse siempre inquieto frente al público, al punto de que recién este 2014 se ha decidido a editar un trabajo bajo su nombre, el resultado de esta aventura en solitario es Everyday robots, un álbum correcto que sin impresionar demasiado logra agradables momentos.

Incluso desde los últimos tiempos de Blur, en álbumes como 13 (1999) y mayormente Think tank (2002), que Albarn viene insinuando un camino ligado a un sonido íntimo y personal, por esta razón no sorprende en absoluto que Everyday robots sea un disco de bajas revoluciones e incluso apagado a momentos, el cual intenta equilibrar el asunto con maquinitas y distintos coqueteos electrónicos. Los años han pasado para el buen Damon, su voz suena más grave, reposada y reflexiva, su música también registra aquellos cambios y todo esto se encuentra plasmado de manera tremendamente honesta en estos 46 minutos de música, repartidos en once auto biográficas canciones. 

Lo mejor de Everyday robots se encuentra en el comienzo y el final. La hermosa calma que se vive en canciones como "Hostiles" o "The history of a cheating heart", los ritmos y contagiosos coros de "Mr Tembo" y "Heavy seas of love" (las únicas melodías alegres que contiene el álbum) o las hipnóticas "Everyday robots" (la canción) y "Lonely press play", son todos momentos bien logrados que funcionan en su respectivo contexto, sin embargo, de igual forma en el nudo del disco el trámite se vuelve excesivamente espeso al punto de acabar agotando, los siete minutos de "You & me", seguidos de "Hollow ponds" y "Photographs" son momentos sin dirección clara que restan demasiado ritmo al trabajo.  

Puede que Damon Albarn no posea el filo melódico que ha permitido a Beck entregarnos un Morning phase ni tampoco el talento explosivo que Chino Moreno ha derrochado junto a Crosses este 2014, pero en entrega el ex Blur no se queda y desde su honesto rincón ha sido capaz de editar un álbum cuya franqueza merece una oportunidad.

6 / 10
Bueno, cumple.

jueves, 8 de mayo de 2014

The Pains Of Being Pure At Heart // Days Of Abandon // 2014

A medio camino 

El segundo disco de The pains of being pure at heart (Belong, 2009) estuvo bien. Pop desarrollado bajo esas sucias guitarras propias del shoegaze y canciones en general bastante amenas, sin embargo, el giro era obligado, el sonido era pesado por lo que otro álbum en esa dirección agotaría de inmediato. Así lo ha entendido la banda por lo que para su tercer trabajo han decidido limpiar los arreglos lanzándose de lleno en busca de un pop más ligero y que requiera menos trabajo disfrutar. De hecho, los primeros minutos de música son una absoluta declaración de principios: la idea es alejarse cuanto sea posible de lo que fue Belong.

No es coincidencia que el álbum abra con los dos minutos acústicos de "Art smock", los cuales se enlazan rapidamente con "Simple and sure" y "Kelly" , ambas muy armónicas, contagiosas, alegres y con un reconocible perfume a The Smiths. Lo mejor del álbum se encuentra ahí, en las tres primeras, básicamente gracias a que el golpe inicial sorprende. Posteriormente llegará la primera pausa con "Beautiful you" y "Coral gold", dos bonitas baladas pero que desde ya comienzan a mostrar por donde el álbum falla: el sonido es demasiado inofensivo. En el afán de entregar algo menos denso a la banda se le fue la mano y ha finalizado firmando un trabajo excesivamente liviano, que más allá de la canción simpática no presenta nada interesante ni particularmente atractivo. De esta forma, la segunda parte del álbum se compone por cuatro muy similares, "Eurodyce" , "Masokissed" , "Until the sun explodes" y "Life after life" (todas nuevamente muy alegres) y el cierre en plan balada que es "The asp in my chest", todo muy ameno pero con poco que invite a volver a dar play al disco.  

Days of abandon representa en inicio un giro refrescante en la carrera de The pains of being pure at heart, el problema es que tan pronto comienza muestra todas sus cartas, por lo que el álbum se queda sólo en las buenas intenciones, se vuelve predecible, liviano y de paso, olvidable. Puede que estemos frente a un disco de transición para la banda, aquello lo veremos con el tiempo, por el momento lo único claro es que la agrupación sigue en el limbo, en tierra de nadie y sin direcciones completamente claras. 

2.5 / 5
Discreto


martes, 6 de mayo de 2014

Eels : The Cautionary Tales Of Mark Oliver Everett (2014 )

De regreso a las tinieblas

La vida de Mark Oliver Everett (también conocido como Mr E o simplemente Eels) es una tragedia. Así él mismo lo ha reconocido publicando incluso en el pasado un libro de lectura obligada para quienes quieran internarse en la increíble historia de superación de este hombre ("Cosas que los nietos deberían saber"). Su último trabajo, Wonderful, glorious (2013) , fue un álbum de tono extrovertido en donde se percibía al autor intentando hacer frente a sus demonios expulsando de manera iracunda todo aquello que tenía dentro. Aquel fue un disco esperanzador de cierta forma, sin embargo, a menos de un año de dicho lanzamiento tenemos a Everett en plena recaída, volviendo a los ambientes oscuros, depresivos y solitarios.

Un "cautionary tale" vendría a ser como un "cuento con advertencia", una especie de historia con su respectiva moraleja, y de aquello se trata este personal trabajo, un disco en donde Eels explora (una vez más) todas sus miserias y lamentos. Ahora, si hay algo en donde Everett se mueve como pez en el agua es encontrando melodías íntimas y desnudas que logran conmover desde la simpleza, esto se logra en varios pasajes del álbum, convencen canciones como "Parallels", "Lockdown hurricane", "Swallow in the sun", "Mistakes of youth" o el folk de "Where I'm from" pero de igual forma existen largos minutos en donde el disco se entrampa en un ritmo demasiado monótono y falto de intensidad, de hecho, la pasada por "Kindred spirit" , "Gentleman's choice" , "Dead reckoning" y "Answers" es insostenible. 

En el global no hay demasiado que rescatar en este Cautionary tales of Mark Everett, cuatro o cinco momentos y la sensación de estar nuevamente frente al artista desnudo, sin embargo, aquello esta vez no ha alcanzado para sostener un trabajo completo. Ahora, con Eels no hay derecho a queja, su discografía se ha compuesto desde siempre de altos y bajos por lo que solo queda esperar que los tiempos para el bueno de Mark mejoren pronto y podamos vivir junto a él un nuevo despertar.

5 / 10 
Irregular


Otras reseñas de Eels:

sábado, 3 de mayo de 2014

Prong // Ruining Lives // 2014

Tan potente como monótono. 

El drama del one hit wonder. En spotify la canción de Prong que presenta más reproducciones es (¡por supuesto!) el clásico noventero "Snap you fingers, snap your neck", son 484 mil reproducciones, cifra muy lejana a las 10 mil que presenta la siguiente en la lista. Así ha sido la historia de una banda que ha tenido que cargar durante 15 años con la mochila del éxito pasajero y vivir a causa de esto bajo la indiferencia del mundo entero. Muy pocos recuerdan a Prong y los menos están enterados de su presente, pese a que en 2012 editaron un muy buen disco titulado Carved into stone. Y bueno, este 2014 los tipos están de regreso con un nuevo puñado de canciones que pretenden apuntar directo a la vena del rockero aunque, hay que decirlo, esta vez los resultados no han logrado ser tan satisfactorios como ocurrió con su antecesor. 

Siendo claros, Ruining lives trabaja el sonido que Prong desarrolló en Carved into stone con la diferencia de que en esta ocasión las revoluciones se encuentran algo más aceleradas. El peso de las guitarras se conserva, hay más velocidad y doble pedal pero al mismo tiempo menos diversidad en el sonido. De hecho, basta oír la partida a cargo de "Turnover", seguida de "The barriers",  "Windows shut" y "Remove, separate self"para comprobar que el asunto se viene veloz, directo y que no pretende dar demasiada tregua al oyente echando mano a un rock de estructuras tradicionales (los coros son muy reconocibles) pero que al mismo tiempo derrocha energía. La primera pausa del trabajo llegará con "Ruining lives" (la canción), probablemente uno de los temas más interesantes del disco y que sorprende con los cambios que posee, sin embargo, pasando el nudo del álbum este retoma la velocidad y de ahí no vuelve a salir. Dentro de la recta final "Come to realize" es lo único diferente en medio de cuatro o cinco canciones bastante similares e incluso monótonas.   

No es un mal disco este Ruining lives pero claramente muestra señales de agotamiento por parte de una banda que parece resignada frente al anonimato constante que ha acompañado su carrera. El álbum cuenta con potencia suficiente como para sonar a ratos atractivo pero el problema es la monotonía y falta de sorpresa. La pregunta ahora es evidente: ¿existirá al interior de Prong fuerza suficiente como para reinventarse a estas alturas o el asunto llegará hasta acá? El tiempo hablará.

3 / 5
Bueno, cumple.


Otras reseñas de PRONG:

jueves, 1 de mayo de 2014

Judas Priest : Redeemer Of Souls


No me ha gustado nada lo nuevo de Judas Priest, pero lo que es nada. Y ojo que amo a estos británicos, sin embargo "Redeemer of souls", adelanto de lo que será su nuevo disco próximo a salir durante Junio, me ha parecido fría, plana, pobre tanto instrumental como vocalmente. La ausencia de K.K Downing en las guitarras es evidente y el decaído estado vocal del eterno Rob Halford igual (los años pasan a todos la cuenta, incluso a los más grandes). De hecho "Redeemer of souls" es una canción que emparenta bastante bien con el último trabajo en solitario de Halford (Made of metal, 2010) pero dentro de la discografía de una banda como Judas Priest el tema, digámoslo, suena a bastante poca cosa. Falta fuerza, sorpresa, potencia e incluso sentimiento.

El mismísimo Glenn Tipton (principal guitarrista de la banda) ha mencionado en entrevistas previas que "para este trabajo hemos dejado de lado las experimentaciones para así concentrarnos en lo que mejor sabemos hacer y entregarle a los fans el disco que quieren escuchar de Judas Priest". Es decir, queda claro que las críticas recibidas tras la aparición del injustamente subvalorado Nostradamus (2008) han hecho mella en el corazón de la banda por lo que la agrupación ha decidido recular y apostar esta vez a la segura. 

Una vez que el disco viva entre nosotros podremos todos opinar con conocimiento de causa pero este adelanto no deja buenas sensaciones en el aire...