miércoles, 28 de enero de 2015

Björk: Vulnicura (2015)

Completamente libre.  

Enfrentar una nueva entrega de la islandesa Björk resulta a estas alturas todo un desafío. Para nadie es secreto el que durante la última década, a partir de Vespertine (2001) para ser más exacto, la mujer se ha sumergido en un espiral de sonidos cada vez más introspectivos y ajenos a todo lo que en sus inicios fue. Para bien y para mal Björk goza hoy en día de una libertad envidiable, la tipa hace realmente lo que le da la gana, y disco a disco no ha temido en re inventar su sonido, escapando de esta manera incluso del éxito y jamás estancándose en una fórmula. No hay disco de Björk que suene igual al anterior, la mujer es una provocadora innata y su obra seguramente será recordada por muchísimo tiempo debido a aquella cualidad.

Ahora, todo provocador corre un riesgo: establecer una distancia prácticamente infranqueable con el público. Y en una era tan inmediata como la que hoy vivimos, en donde es realmente raro tener tiempo como para sentarse a oír un disco por demasiado rato, ser un provocador es casi un suicidio para el artista. Sin embargo, la islandesa es una de esas que parece no temerle a nada, ni siquiera al desprecio de sus propios fans. Ya lo demostró con Biophilia (2011), un disco dispuesto a romper con cualquier tipo de estructura que se esperase de ella, marcando claramente un nuevo punto de inicio para la vocalista. Tres años más tarde llega a nosotros Vulnicura, un trabajo mucho más sensible y personal (nace a raíz de su ruptura tras diez años con el artista Matthew Barney) pero en donde Björk no recula, fiel a su estilo insiste en proponer y desafiarnos a que recorramos el camino, aunque no nos la dejará nada de fácil. 

Hay algo que de inmediato queda claro con Vulnicura, bastan dos canciones para constatar que la experiencia es más cercana y emocional respecto a Biophilia, los violines de "Stonemilked" que abren el álbum son la prueba, unos segundos más tarde entran las secuencias electrónicas, la melodía y Björk vuelve luego de muchos años a conmovernos. "Stone milked" es un tema hermoso que inevitablemente trae el recuerdo de "Jóga" a la cabeza, se complementa además a la perfección con "Lion song", una en donde la islandesa enlaza sus tradicionales juegos vocales (Medulla presente acá) con impecables orquestaciones. 

Con "History of touches" y "Black lake" aparece el segmento más íntimo y doloroso del álbum"Desperté en medio de la noche para expresar mi amor por ti. Acaricie tu piel desnuda y pude sentir todo de ti en un mismo momento",  reza la islandesa en la primera únicamente sobre un teclado que golpea y golpea. Impactan también los diez minutos de "Black lake", acá Björk vuelve a exponer en siete estrofas su sentir. El acompañamiento de ambos temas es muy sencillo y mínimo, privilegiando así letras por sobre melodías. "Black lake" cansa eso si, cansa bastante, los primeros tres minutos se logran disfrutar pero luego son seis más (si, seis más) de los mismos círculos por lo que junto a "Family" (que son ocho minutos más de relato) deben representar el pasaje más complejo de seguir de todo el disco.

"Not get" me parece otro de los puntos altos de Vulnicura, un tema de esos que hay que ir descubriendo de a poco gracias al exquisito trabajo de arreglos y producción con que cuenta (Vulnicura completo es un álbum que debe ser disfrutado con un par de buenos audífonos), además con una letra increíblemente lúcida a la hora de abordar las inseguridades que se viven en una relación ("Dudabas de la luz y el refugio que esta puede entregar"), así como del camino que se recorre ante la pérdida ("No me quiten este dolor / Es mi oportunidad para crecer...").  En "Atom dance" Björk vuelve a prescindir por completo de puentes y coros, sin embargo acierta gracias al tremendo aporte vocal de Antony Hegarty quien luego de tres minutos de aparente monotonía aparece y aporta frescura. Llegamos así a los últimos diez minutos de disco, los cuales son totalmente exploratorios (más aún!), "Mouth mantra" y "Quicksand" se sostienen sobre electrónica bastante caótica y maquinitas que no paran de jugar (como "Hyperballad", aunque sin la vocación de masas), sobre ellas aparecen las voces y cuerdas en diversos momentos, claramente hay excesos pero también una apuesta que a ratos resulta atractiva.     

En definitiva: cuatro grandes canciones que son columna vertebral en el álbum, un par de ladrillos marca de la casa y tres experimentos dignos de la leyenda. Björk sigue haciendo de las suyas, no cede en las formas con las que ha decidido entregar su música pero esta vez si ha logrado equilibrar bastante el asunto, eso además de mostrarse como una artista plena, creativa, vigente y vanguardista. Un disco que sin duda crecerá con los años. 

¿Canciones? 'Stonemilker', 'Lion song', 'Notget'.


8 / 10
Excelente.


Otras reseñas de Björk:

lunes, 26 de enero de 2015

U.D.O : Decadent (2015)

Libre y digno.

No cabe ninguna duda de que el regreso de Accept a las pistas, con Mark Tornillo en las voces, debe haber golpeado de alguna manera el ego del buen Udo Dirkschneider. En palabras del vocalista "fui invitado a participar en la reunión de Accept pero luego de una larga conversación tuve que rechazar el ofrecimiento, en U.D.O siento la libertad que necesito..." . De sus palabras se desprende el que no deseaba componer una banda que quizás aseguraba giras y dinero pero no necesariamente calidad. Udo no desea ataduras ni moldes a la hora de componer y aquello se ha visto reflejado en sus discos, sobretodo en los más recientes, tanto Rev Raptor (2011) como el fantástico Steelhammer (2013) dan muestra de un amante del metal de vieja escuela pero que desea conservar vigencia en base a sus propuestas y no solo su pasado. Ahora, sin desmedro de lo mencionado, el regreso de Accept sin él ha tenido buena aceptación lo cual inevitablemente le mete cierta presión a la hora de entregar nuevo material, es algo relativamente similar a lo que ocurrió con Rob Halford y Judas Priest durante los años 90's, cuando los fans disfrutaron por partida doble el singular duelo...

Hay algo que no se le puede desconocer a Udo, y es que disco a disco el tipo entrega lo mejor de si, lo cual puede resultar un comentario evidente pero creo que no lo es tanto. Hay quienes componen con lo justo y calculan cada entrega pensando en lo que pueda venir en unos cuantos años más. Con Udo eso no ocurre, en cada disco se percibe una entrega, un cariño por el género que por momentos conmueve, y Decadent no ha sido la excepción, estamos frente a un nuevo álbum de U.D.O en pleno estado, un disco que no puede dejar insatisfecho a nadie que venga siguiendo la obra del alemán.

Steelhammer fue un disco de heavy metal puro pero que durante varios momentos de su duración bajaba las revoluciones ganando en diversidad, en esta ocasión la banda ha optado por un sonido más veloz y que busca sostener la linea de lo que fue Rev Raptor o incluso discos más clásicos de U.D.O como Time bomb de 1991, hay canciones muy directas, de esas que no dan segundo de tregua, como es el caso de la partida a cargo de "Speeder" , "House of fake", "Under your skin" o "Rebel of the night", otras que encajan en el formato de un heavy metal más clásico, con mirada hacia los años 80's como "Meaning of life", Breatheless" o "Untouchable" y finalmente algunos medios tiempos o baladas como el single "Decadent" (en donde el alemán vuelve a afilar la pluma contra el orden mundial), la exquisita oscuridad de "Mystery", el baladón "Secrets in paradise" o el cierre con "Words in flame", las cuales aportan las siempre necesarias pausas en todo álbum de heavy.

En mi opinión no supera a Steelhammer pero si sostiene un nivel más que digno y que llega para demostrar que en esto del rock la edad no es excusa. Udo mantiene la bandera en alto y tal parece que no pretende darnos descanzo. Todos mis respetos con él.

6,5 / 10
Cumple y algo más...



Otras reseñas de U.D.O:
2013 // U.D.O // Steelhammer 

sábado, 24 de enero de 2015

Fito Paez : Rock & Roll Revolution (2014)


Lejos pero realmente muy lejos de sus mejores discos (incluso de los no tan memorables como Rey sol, Naturaleza Sangre o Rodolfo ) se encuentra hoy Fito Paez. Lanzando tantos discos en la misma linea que llega a marear. "Yo te amo, yo te amé" y yo que ya perdí la cuenta de cuantas veces he escuchado estas canciones. Con este, y desde 2010, ya van seis discos de Paez. Si agregamos las compilaciones, álbumes de covers, discos en vivo o giras de aniversario realmente marea el pensar cuanto ha entregado el trasandino durante la última década. El caso es que tanto ir y venir acaba pasando la cuenta a cualquiera. Que él no lo quiera entender o que insista en demostrarle algo a él sabrá quien, es otra historia, pero es innegable que desde Confiá (2010) existe un desgaste en su obra, desgaste que en Rock & roll revolution no repunta.

Estamos así frente a un nuevo e irregular álbum de Paez, uno que acierta y falla en iguales cantidades pero que por sobre todas las cosas evidencia (una vez más) la crisis creativa que atraviesa el argentino. Partamos de la base de que el álbum no tiene dirección alguna. No es rock, no es pop, tampoco es un tributo a Charly García, la verdad es que no queda claro que es esto salvo un popurrí de ideas que acaban quedando en tierra de nadie. "Rock & roll revolution" (la canción), por ejemplo, toma prestado el riff de "I love rock & roll" de Joan Jett y se lo disculpamos gracias a que el alegato de despecho rabioso pese a lo infantil al menos causa curiosidad, sin embargo, el medio tiempo "Muchacha" entierra toda ilusión de tener a un Fito inspirado de regreso. La guinda del pastel llega con "Tendré que volver a amar", que es un GRAN TEMA pero que lamentablemente no es más que un refrito del clásico "Al lado del camino"

Algo hay en el rock de "Arde" y en la oscuridad de "La canción de Sybil Vane", pero nuevamente el asunto cae a tierra con la completamente olvidable balada "Ella sabe todo de mi" seguida del flojísimo blues de "La mejor solución". El cover de Charly García "Loco, no te sobra una moneda?" no se entiende a que va (la portada menos) y entrando en la recta final aparecen las tres que en lo personal más me han dejado del disco, "Los días de sonrisas, vino y flores" es simple pero muy franca, "Que te vaya bien" comienza muy pero muy mal para tras dos minutos al fin explotar como corresponde, lamentablemente esas inofensivas guitarras y los aplausos que acompañan no están a la altura pero al menos algo de vértigo vivimos con ella, finalmente "Hombre lobo (yo)" es de esos temas que son voz + piano con los que tradicionalmente Fito logra conectar yendo hacia lo básico. 

De rock & roll, poco y nada, letras cada vez más predecibles, arreglos demasiado básicos que adornan una que otra idea atractiva pero que no convencen. No se que ocurre con Fito Paez, su revolución (?) es completamente inofensiva y ni siquiera una dolorosa ruptura lo ha motivado a armar algo de peso ¿Se ha conformado o derechamente ya no quedan ideas? Él sabrá, lo cierto es que con este llevamos varios trabajos en donde encuentras dos o tres buenas canciones adornadas por un conjunto completamente intrascendente. 


5 / 10
Nada muy especial.


Otras reseñas de FITO PAEZ:
2013 // Fito Paez // Yo te amo
2013 // Fito Paez // Dreaming Rosario
2013 // Fito Paez // El sacrificio   

jueves, 22 de enero de 2015

Marduk: Frontschwein (2015)

Donde siempre, entre la batalla y el infierno. 

Los suecos de Marduk estuvieron entre aquellos que durante los años 90's ayudaron a construir lo que hoy conocemos como black metal, los tipos son parte de la historia del género ( como olvidar el "Fuck me Jesus" y su mítica portada ) y desde sus inicios se propusieron ser la banda sonora del mismísimo infierno. El tema es que bastante agua ha pasado bajo el puente durante estas dos décadas, tanto en el mundo del metal como en el de los propios Marduk, hoy los disfraces y el satanismo son una caricatura más que otra cosa, sin embargo y pese a todo, la banda ha permanecido disco a disco fiel a un estilo que tal parece han decidido jamás abandonar.  

Lo de Frontschwein entonces oscila entre las temáticas que Marduk viene tocando desde hace un tiempo largo: el satanismo, el anticlericalismo y la guerra.  La sola portada da claras señales de que la cosa va por donde siempre y musicalmente el asunto también sigue ahí, en la velocidad y la entrega desatada al blast beat que de vez en cuando es amenizada por una que otra canción que saca el pie del acelerador para poder respirar un poco. Y no hay más, esto es Marduk, insisto, para bien y para mal. 

Hablando de las canciones, "The blond beast" es una de las que más he disfrutado gracias a sus envolventes guitarras y por ser una de las pocas que escapa al predecible sonido de Marduk, también me ha gustado mucho "Wartheland", una donde Mortuus vomita exclamaciones de gran forma y dentro de los temas veloces me parece que se viven puntos altos con "Afrika" y casi en el cierre con "Thousand-fold death", que es brutalidad pura. Lamentablemente el resto no escapa demasiado del libreto tradicional de la banda por lo que el disco, salvo en los temas mencionados más un par más que se me habrán escapado, tiende hacia la monotonía.

Tres años atrás Murduk nos entregó Serpent sermon, un álbum que si bien funcionaba en la misma linea que este Frontschwein, logró en ese entonces sonar muchísimo más diverso, oscuro e interesante. Esta vez la banda nos ha regalado un trabajo que pretende ser más violento pero en aquella búsqueda ha caído excesivamente en lo convencional. Con todo, estamos frente a un digno disco de black metal.

6/10
Bueno, cumple...

martes, 20 de enero de 2015

The Decemberists: What a Terrible World, What a Beautiful World (2015)

Conservan la linea.

Existió un momento en la historia de The decemberists en que nos ilusionaron con su crecimiento, fue en 2009 cuando sorprendieron con aquel conceptual The hazards of love (para mi, por paliza su mejor álbum), sin embargo, dos años más tarde parecieron recular con un correcto The kings is dead (2011), el cual retomaba la senda folk/melódica/tradicional de la banda. ¿Fue entonces lo de 2009 un mero espejismo o había pasta acá pasta para soñar con más? El tiempo seguramente se encargará de contestar aquello, sin embargo a juzgar por What a terrible world, what a beautiful world tal parece que quienes esperábamos un nuevo salto creativo nos volveremos a quedar con las ganas, The decemberists vuelven a jugar a la segura moviéndose sobre terrenos donde se les oye cómodos, aunque por cierto, cumplen.

El relato convincente que abre el álbum en "The singer adresses his audience" debe estar dentro de lo mejor que este nos entrega. Un tema que crece en medida que avanza, explota entre violines, guitarras y múltiples coros, un momentazo que de entrada logra moverte el piso. Mucho más pop es la pasada por "Calvary captain" y "Philomena", ahora, ambas juntas vendrían a ser algo similar a meterse veinte cucharadas (soperas) de azúcar a la boca, tal cual. En la misma linea aunque con un trabajo de arreglos impecable suena "Make you better" y bueno, a estas alturas nos queda más que claro por donde va el asunto: por donde siempre. Entrando en el nudo del álbum nos encontramos con una serie de baladas en donde creo podrían haberse ahorrado un par y nadie se molestaba, mientras que para la recta final el asunto continúa perdiendo fuerza, muchos temas en la misma linea, bonitos juegos de cuerdas por acá, armónicas o acordeones por allá, digamos, indie folk sin sorpresa alguna, con decir que entre las ocho finales (o sea, más de medio disco) lo más interesante y llamativo es el cierre a cargo de "A beginning song", la única junto con "The singer adresses his audience" que es capaz de romper el molde y encajar cambios de velocidad, arreglos realmente llamativos y una estructura que escapa del estrofa+estrofa+estrofa+estrofa... 

En definitiva, el álbum no disgustará entre quienes gustan del sonido tradicional de la banda pero hay que decir que mucho más allá no va, excepto en dos o tres canciones. Los temas son bonitos, pero cansan, la banda sigue dando señales de poseer talento como para ir por algo más pero finalmente seguimos donde mismo. 

6/10
Bueno, cumple.



Otras reseñas de The Decemberists:
2011 // The decemberists // The king is dead

sábado, 17 de enero de 2015

Weezer: Everything Will Be Alright In The End (2014)


Cuando ya nadie (me incluyo) esperaba algo interesante por parte de Weezer, la banda vuelve con el que probablemente debe ser su disco más sólido en años (en lo personal, desde 2001 que no disfrutaba un álbum de ellos). No es que los liderados por Rivers Cuomo hayan re inventado la rueda ni nada por el estilo (tampoco lo hicieron durante los 90's) pero al menos en estos cuarenta minutos de música han logrado cohesión, algo que no ocurría desde hace bastante rato ya. El altamente probable que el gran responsable de este avance haya sido Ric Ocasek, miembro de los míticos The Cars y quien en el pasado estuvo a cargo de la producción de los mejores álbumes de Weezer (el azul y el verde obviamente), el caso es que Ocasek ha vuelto a producir para la banda logrando que estos se reencuentren con sus mejores tiempos.

El título y las múltiples referencias que durante el disco se realizan en torno a la idea del "todo estará bien" dan a entender que Cuomo ha enfrentado este disco mirando hacia atrás, respirando hondo y esforzándose por entregar un trabajo con cierto carácter. En general lo ha logrado, si bien el disco posee el sello característico de Weezer, digamos, esa canción sencilla e inofensiva que en dos a tres minutos te regala un coro pegajoso, entrega también uno que otro momento que va más allá de lo obvio. Su sonido ligero y cargado al pop emparenta más con el green álbum (2001) que con el alternativo Pinkerton (1996), esto se aprecia en la exquisita partida a cargo de "Ain't got nobody" (con tributo incluido durante sus últimos acordes al fallecido Lou Reed), las absolutamente melosas "Eulogy for a rock band", "Lovely girl" y "Da Vinci", o en la divertida "Cleopatra", ahora, hay momentos en donde el álbum pretende adoptar un tono algo más reflexivo, como es el caso de "The british are coming" o "Foolish father" (las dos más extensas del disco) mientras que tema aparte es el tridente que cierra el disco, "The waste land/Anonymous/Return to Ithaka", ocho minutos en donde la banda sorprende y se da el gusto de ir más allá de lo esperado entregando momentos instrumentales, no tan estructurados y que juegan con guitarras bastante interesantes. Ojalá Cuomo hubiese tenido los huevos de abrir el disco con estas tres y, por que no decirlo, llevar el disco un poco más hacia allá. Habría sido lindo.

A excepción de las últimas tres, nos encontramos acá con diez canciones que entregan al Weezer clásico, el simple y directo, el divertido y eficaz. El sonido y la producción que acá han regalado te lleva a creer que aún puede haber vida para la banda, no da para lanzar cohetes pero si para volver a pasar un buen momento junto a su música. ¿Y qué tal la portada? A mi me ha encantado...

7 /10
Muy bueno.

miércoles, 14 de enero de 2015

The Smashing Pumpkins: Adore (Edición DeLuxe)


Esta no es la reseña de aniversario de Adore de los Smashing Pumpkins. Aquella debería llegar en 2018 (cuando cumpla veinte años de existencia) si es que la vida y salud me acompañan hasta ese entonces. 

Quizás la hago antes eso si, no se, nunca se sabe. Quizás un día me animo a abrir el baúl de mis recuerdos y me decido a escribir acerca de uno de los discos que marcó con fuerza mi vida. El caso es que hoy pasaré de aquello y me concentraré en darle una pasada al extenso material que Billy Corgan decidió en septiembre pasado compartir con quienes amamos este disco y aquella etapa de los Pumpkins. ¡Y es que así dan gusto las ediciones de lujo! Sin medias tintas y exponiendo todo el material que existía. En esta ocasión, y rindiendo honor a la fama de prolífico que tiene Corgan, llegan a nosotros seis discos dispuestos a dejar extasiados a los que llevábamos años soñando con este momento (algo similar ocurrió tiempo atrás con la edición de aniversario del increíble Mellon collie and the infinite sadness). 

Pero entremos en materia. ¿De qué tratan estos seis discos? Los dos primeros de la caja contienen el álbum original en versión stereo y mono, ahí por ende no hay mucho que mencionar más allá de la curiosidad de oír la diferencia sonora entre ambos formatos, que no deja de ser. En el tercer CD se concentran las caras b del álbum, todas en acústico más una que otra maqueta de tema que si entró al disco pero que acá aparece en versión primitiva. Hay dos versiones de "The tale of Dusty and Pete", una de "Annie dog", un par de tomas para "For Martha" y una exquisita curiosidad, que es una versión acústica de "Apples + oranges" pero que acá se titula "What if" y aparece con letra modificada incluso. Dentro de los temas que no quedaron en el álbum destacan las versiones de "Blissed and gone" o "My mistake", ambas se notan muy trabajadas pero parecen nunca haber madurado lo suficiente como para ser incluidas en el disco.



Tanto el cuarto como el quinto disco abordan de lleno los temas que están en Adore, ya sea en versiones primitivas, editadas de manera especial o derechamente "re imaginadas" en versión 2014 por Matt Walker, quien fue baterista de la banda por un tiempo tras la salida de Jimmy Chamberlin en 1996. Aparecen acá la hermosa "To sheila" acompañada solo de un banjo, preciosas tomas acústicas de "Once upon a time" o "Perfect" (que también aparece en otra toma solamente sobre secuencias de batería) ,"Behold! the nightmares" y "Blank page" a medio lograr, "Tear" centrada en sus arreglos orquestales y una desnuda versión de la ya íntima "Shame". Las adaptaciones electrónicas realizadas por Matt Walker para "Crestfallen", "Pug" , "Daphne descends" o los lados b "Saturnine" y "Cash car star" la verdad es que como freakerio quedan bien pero mucho más que eso no son. Y finalmente están los descartes, entre todos destaca "Let me give the world to you", una canción que perfectamente pudo estar en el álbum (en lugar de la prescindible "Annie dog", por ejemplo). Ojo también con "Eye" y "The beginning is the end is the beginning", canciones que en su momento aparecieron en las bandas sonoras de "Lost highway" de David Lynch y la nefasta "Batman & Robin", y que acá han sido rescatadas en versiones alternativas. 

El último CD contiene las tradicionales tomas en vivo pero acá siento que el asunto quedó en deuda y lo plantearía como el único "pero" en esta edición de lujo. Son diez canciones, casi todas en versiones acústicas lo cual me parece redundante considerando que parte importante de los discos anteriores ya eran en acústico, además de ser poco representativo en relación a lo que la banda presentó en directo por aquellos años. Las versiones eléctricas de "Ava adore", "Daphne descends", "Pug" o "For Martha" merecían estar acá, eso sin contar además la re invención que los Pumpkins realizaron en esta gira para clásicos como "Tonight, tonight" o "1979". Todas ellas debieron estar. 

En definitiva, una edición deluxe que es manjar para el fanático. Han metido todo y en general con bastante buen tino. Interesante el constatar con las versiones previas el que Adore fue un álbum bien acabado en donde cada pieza fue escogida y trabajada al detalle. Que el público no haya aceptado el paso desde la ira y las guitarras a la calma y la electrónica es otra historia, pero visto a casi dos décadas de distancia me parece que el experimento Corgan convence más aún de lo que lo hizo en su momento y esta edición especial está a la altura esperada. 



Otras reseñas de The Smashing Pumpkins:

domingo, 11 de enero de 2015

Ought // More Than Any Other Day // 2014


Si hay un disco del que me arrepiento no haber escrito durante 2014 fue este. No solo porque es un tremendo álbum, que no cabe duda merecía tener un lugar en la nómina de recuento de fin de año, sino además porque se trata de un disco debut y el que una banda comience su carrera así de bien merece todos los elogios posibles. 

Los guitarrazos de "Pleasent heart" abren el álbum de manera desordenada y de inmediato notas que este no es un disco cualquiera, se percibe juventud, rebeldía, caos, desestructuración y, por sobretodo, ese espíritu punk tan necesario en una banda de rock pero con cierto enfoque musical que va más allá del desenfreno de sus riffs. "Today more than any other day", por ejemplo, es otro temón. Abre sobre la calma para poco a poco ir encontrando velocidad y jugando al jam constante, increíble el "da da da da da da da da da", la melodía de bajo que se susurra a medio tema. "Habit" va en la misma linea, en un comienzo pareciese ser el primer arranque pop del álbum pero a poco andar revienta. La libertad y el desorden de los primeros veinte minutos de música que acá Ought nos proponen por si solos hacen que el viaje valga la pena, y si bien es cierto que este no logrará durante el resto de su duración sostener el nivel, si se dará el gusto de mostrar un par de momentos altos más. 

El nudo del álbum baja un tanto las revoluciones, primero con "The weather song", que es rock melódico y simple, luego con "Forgiveness", la cual juega un poco más a los ambientes y la calma. La rebeldía se retomará durante la recta final, acá con "Around again", "Clarity!" y "Gemini" el disco vuelve a prescindir de coros y se olvida de las estructuras tradicionales. 

Perdón por la comparación pero esto de Ought me ha recordado bastante al Attack on memory (2012) de los Cloud nothings. Un poco por el sonido pero principalmente por el hambre que muestra la música, la irreverencia y esa sensación de que, sin inventar nada nuevo, con dos o tres golpes estos tipos han sido capaces de moverte un poco el piso. Veremos si con el tiempo son capaces de ir más allá o el asunto se queda acá, solamente en el primer y efectivo impacto.

3.5 // Muy bueno!

martes, 6 de enero de 2015

Madonna en 7 Canciones


Cuando adolescente crecí con la sensación de que Madonna era una artista que iba a la vanguardia y que constantemente se adelantaba al resto. ¡Qué ingenuo! Con el tiempo descubrí que no fue tan así el asunto y que el talento de Madonna (o de quienes la asesoraban) residía en haber sido capaz de observar los cambios que se estaban dando y acomodarse en primera fila frente a los hechos. Dicho en simple: Madonna no se adelantó a nada, solo amoldó al contexto musical del momento (con mucho talento eso si). Fue una rubia material, pop adolescente, fue polémica, blanco de la iglesia, se cargó hacia el erotismo, hacia un sonido más íntimo y oscuro, fue baladas, fue morena y en la actualidad, digámoslo, nadie sabe bien lo que es. Le ha costado envejecer (como a muchos), es así como la hemos visto durante los últimos diez años en una pelea absolutamente innecesaria por el cetro del pop actual, bajando dramáticamente su nivel.

Pero bueno, en el pasado Madonna triunfó en la mayoría de las facetas que decidió asumir y aquello es lo que en este post quisiese rescatar. Dejando muy en claro que Madonna fue más de singles que de discos ( cuesta encontrarle un álbum redondo) aún así su discografía posee peso, historia y calidad, además de estar repleta de canciones enormes. Definirla en tan solo siete temas es tarea compleja pero de todas maneras correré el riesgo...

1986, Live to tell.
La carrera de Madonna comenzó cargada al pop liviano en discos como Madonna (1983) o el mítico Like a virgin (1984) pero fue en 1986 cuando me parece la artista encuentra su primer gran momento, con True blue. Se logra ver en este álbum una mixtura entre la Madonna adolescente y la adulta. La primera se expresa en "Papa don't preach", "Where's the party?" o "True blue" mientras que la segunda aparece sensual en las versiones de "Open your heart" o la encantandora "La isla bonita". El disco cierra muy débil con "Jimmy Jimmy" o "Love makes the world go round"  (relleno por donde se mire), sin embargo, las señales de crecimiento estaban y "Live to tell" es por excelencia el tema que mejor encarna aquello.


1989, Like a prayer.
Caía de cajón, estamos frente a una de las canciones más grandes en la carrera de Madonna y que además llegó en su momento acompañada por un vídeo para el recuerdo (en tiempos donde el video tenía fuerte llegada en las masas), con cruces en llamas, un cristo negro y una vocalista que se alejaba de golpe de la estética Marilyn. La vocalista encara el tema de la fe encontrando un coro inolvidable y jugando con el gospel de muy buena forma. El crecimiento que tres años atrás se insinuaba se comienza a consolidar en 1989...


1994, Secret.
Con la llegada de los años 90's apareció la Madonna oscura. Me saltaré Erotica (1992), que nos dejó la exquisita "Rain", ya que siento que el concepto se logró de mejor forma en 1994 con Bedtime stories, por lo que acá me detendré. Madonna en versión absolutamente sexual y viviendo su mejor momento creativo, por lejos. Bedtime stories no es un álbum del todo regular pero si nos dejó canciones increíbles. Podría haber destacado la tremenda "Human nature" con esa notable declaración de intenciones que repetía un "express yourself, don't repress yourself" pero me quedaré con "Secret", primero porque haberla escuchado en versión acústica fue notable y segundo por el video. Tenía 13 años cuando vi este video por primera vez y que decir, me cambio la vida ...


1994, I'll remember.
Durante su carrera Madonna regaló varias joyitas a bandas sonoras de distintas películas, pero como en 1994 vivía años mágicos, la mejor la entregó para "With honors". Seré breve: nunca interpretó mejor que acá. Ni antes ni después.


1994, Take a bow.
Esta selección de canciones está comenzando a revelar algo: me gustan mucho las baladas de Madonna. Y es que creo que cuando la mujer decidió a bajar las revoluciones encontró ambientes que le entregaron una identidad irrepetible, y en ese sentido "Take a bow" debe ser la punta del iceberg,  el mejor tema romántico de su carrera. Originalmente aparece en Bedtime stories pero también fue incluido un año más tarde en el compilado de baladas Something to remember (1995). Por cierto, nuevamente: que video se despachó esta mujer !


1998, Frozen.
Con Something to remember (1995) la etapa noventera de Madonna, cargada al erotismo, llegó a su fin. Ray of light (1998) atrapa a la artista cumpliendo cuarenta años de edad y la vemos asumiendo aquella madurez. Estamos frente a un disco de pop adulto, en general muy oscuro (el single "Ray of light" desentona por completo dentro del ambiente del disco) y que tuvo a la increíble "Frozen" como carta de presentación. Un tema extraordinario, que coquetea con la electrónica de manera elegante y da muestra de otra de las grandes interpretaciones de la carrera de Madonna. El video, en tono invernal, complementó de manera perfecta a la canción.


2005 - Hung up
Me salto Music (2000) y American life (2003) porque si tengo que destacar una canción que haya dejado bien parada a Madonna durante estos últimos 15 años, esa ha sido "Hung up". Toma prestado un reconocido sampleo de "Gimme gimme gimme" de Abba para entregarnos un tema adictivo, que formó parte además de la última intentona musical decente de la artista: Confessions on a dance floor (2005). A mi me fascina.



Este año regresa. Se han filtrado unos demos de su nuevo álbum pero no los he querido oír, esperaré a que aparezca el disco real para poder constatar si levanta o mantiene el decadente estado que ha mostrado en sus últimos discos (el single "Living for life" no está mal). Ahora, de todas maneras nada empañará jamás sus dos primeras décadas, llenas de vitalidad y valentía, las cuales he tratado de resumir en esta reseña especial dedicada a la que para muchos siempre será la única e inigualable reina del pop. 

domingo, 4 de enero de 2015

The Men: Tomorrow's Hits (2014)


Hay discos que me quedaron en lista de espera a la hora de reseñar en 2014, veremos si durante enero me da el cuero para ir recuperando algunos de ellos, comenzando por este, el quinto álbum (en cinco años) de The men, una banda inquieta en números y contenido, y que con Tomorrow's hits han acabado por encontrar su mejor disco a la fecha.

Ya lo insinuaba la aparición en 2013 de New moon: la banda se alejaba del punk de sus inicios para bajar las revoluciones y abrirse a nuevos (y más amables) sonidos. De aquellas mismas sesiones de grabación surgieron los temas que un año más tarde han llegado a componer este dinámico Tomorrow's hits, un álbum que llama la atención tanto en materia de influencias como de direcciones musicales. Y es que si en New moon percibimos a una banda más controlada que en sus inicios esta vez hemos recibido el lado más desatado de la misma moneda, un disco que se instala en general sobre el vértigo pero de igual forma mete mano de manera notable a una serie de íconos del rock & roll norteamericano setentero entregando un resultado que no cuesta disfrutar. 

La partida es amigable, "Dark waltz" cuenta con aires folk y hacia el final nos regala un par de solos (guitarra + armónica) que cierran de manera contundente el tema, más corta y precisa es "Get what you give" mientras que "Another night" traen al presente a los Rolling Stones gracias a sus pianos y vientos. "Different ways" es más desordenada y caótica, con inquietas guitarras que bailan sobre un teclado y abrúptamente se rompen para dar paso a la calma de la balada "Sleepless" (Neil Young, presente!). La fórmula se repetirá hacia el final, nuevamente la dinámica se toma el álbum con el frenético rock & roll de "Pearly gates", que incluso juega a la improvisación a medio tema, y el disco también cerrará en velocidad con la agilidad de "Going down", entre estas dos se retomará el folk mediante la balada "Settle me down"

The men se suman al revival setentero y psicodélico que se ha vivido durante esta última década, en ese sentido de original la apuesta no tiene demasiado, sin embargo lo interesante está en que lo realizan mostrando diversidad y un crecimiento importante. Las buenas canciones están, el desenfreno y las ganas también, da para pensar entonces que acá hay pasta para avanzar más aún. 

7/10
Muy bueno.

jueves, 1 de enero de 2015

Marilyn Manson: The Pale Emperor (2015)

"Audaz pero impreciso..."

La vida cobra y no suele pedir permiso, simplemente pasa por caja y tarde o temprano nos trae al presente cada una de las decisiones que hemos tomado en el pasado. Y con Brian Warner (aka Marilyn Manson) el asunto se veía venir. Desde hace un buen tiempo que el hombre viene a tropezones, porque Eat me, drink me (2007) resultó ser una propuesta emo poco lograda y comprendida, The high end of low (2009) recuperaba al Manson afilado pero fue muy irregular y Born villain (2012) se sostenía únicamente gracias a cuatro o cinco canciones que funcionaban.  Y en The pale emperor, décimo álbum en la carrera de Marilyn Manson, volvemos a evidenciar el principal de los males que viene asechando al vocalista desde hace un buen tiempo a la fecha: la ausencia de inspiración precisa que le permita dar ese salto cualitativo que el hombre viene persiguiendo desde hace largo rato.

En ese sentido, hay algo que debemos reconocerle esta vez: lo ha intentado. Nos ha entregado su álbum más audaz en largo tiempo. Un disco donde, a excepción del single 'Deep six' (el típico tema efectivo cuyo único fin es enganchar a la audiencia mediante una dinámica adictiva), todo intenta alejarse del clásico sonido Manson, abordando arreglos menos distorsionados, con guitarras limpias e incluso acústicas como protagonistas y donde el vocalista intenta esta vez cantar. 

Nos encontramos así con temas muy directos como 'The mephistopheles of Los Angeles', 'Slave only dreams to be king' o The devil beneath my feet, donde todos convencen dentro de su simpleza. También aparecen pasajes más oscuros marca de la casa, algunos funcionan de manera impecable, como la fantástica 'Warship my wreck' (la mejor pieza del álbum sin ninguna duda) o el cierre a cargo de 'Odds of even', pero otros fallan a causa de lo ya mencionado: la falta de creatividad a la hora de trabajar o cerrar canciones de mejor forma. Ahí 'Killing strangers', 'Third day of a seven day bing' o 'Birds of hell awaiting' se anotan como los grandes fallos del álbum, unos donde Manson además deja a entrever sus limitaciones actuales en materia vocal, limitando su performance a unos gritos desaforados que, digámoslo, suenan realmente espantosos. El quiero pero no puedo en estas tres, tanto en lo vocal como lo creativo, es muy evidente, y se enmarcan dentro del gran problema con que cuenta The pale emperor. Y es que en ocasiones, con las ganas no basta...

Los excesos, una industria que se devoró al personaje, la falta de auto crítica o el alejamiento de una serie de músicos de nivel, han acabado por demoler parte importante del talento que Manson alguna vez ostentó. Hoy lo vemos realizando shows cada vez más cortos y sin sorpresas, sus discos al mismo tiempo han deambulado en la irregularidad, sin embargo, siempre han algo en sus trabajos que nos llama a seguir creyendo en su espíritu auto destructivo. Con The pale emperor, ha fallado y acertado en idénticas proporciones, todo depende de por donde queramos mirar el asunto. 

6,5 / 10
Cumple y un poco más...




Otras reseñas de Marilyn Manson: