lunes, 28 de septiembre de 2015

David Gilmour: Rattle That Lock (2015)

"Una sopa demasiado espesa..."

El éxito obtenido por el precioso On an island en 2006 entregó un nuevo aire a David Gilmour y de paso la oportunidad de recorrer parte importante del mundo promocionando dicho álbum, dejando de hecho registro oficial en dos oportunidades (acá y acá). Posteriormente, la lamentable partida de Richard Wright lo motivó a resucitar a Pink Floyd y bueno, no ha pasado demasiado y ya tenemos al genio inglés de regreso con Rattle that lock, que en estricto rigor corresponde a su cuarto álbum completamente solitario.

No lo voy a negar, quisiese comenzar a escribir desde ahora solo elogios frente a lo que Gilmour nos ha entregado en su nuevo disco, el cual intenta repetir la experiencia de On an island, nuevamente con Phil Manzanera en la producción, Polly Samson (su mujer) en las letras o Crosby + Nash colaborando en alguna canción, el problema es que esta vez al guitarrista la sopa le ha quedado muy espesa, regalándonos un álbum que seguramente será bien recibido entre quienes siguen al inglés pero muchos más allá de aquel radio no llegará. 

Hay piezas preciosas en Rattle that lock, aquello es innegable. La introducción a cargo de '5 a.m' y el cierre con 'And then...' , por ejemplo, son dos momentos que se mueven en la linea clásica del autor, imponiendo su guitarra sobre ambientes melancólicos y emocionando hasta los huesos. Se agradecen también las pasadas un tanto más alegres que lo habitual, presentes en el excelente single 'Rattle that lock' (la canción) o 'Today', que inevitablemente nos recuerda los tiempos del Pink floyd en plena era Division bell. Otra en donde Gilmour hace lo que mejor sabe hacer es 'In any tongue', oscura e intensa, sin embargo, con el resto ha caído en excesos difíciles de llevar, la pasada por 'Faces of stone' + 'A boat lies waiting' + 'Dancing right in front of me' redunda bastante sobre lo mismo y se transforma en un verdadero pozo dentro del disco, de igual forma el coqueteo con el jazz que se vive en 'The girl in the yellow dress' agota, dejándonos así un disco de gratos momentos, bien interpretado pero al mismo tiempo desequilibrado. 

Rattle that lock entrega una fuerte dosis de David Gilmour en su esencia y completamente a gusto, no por nada el guitarrista está interpretando prácticamente la totalidad del álbum en su recién iniciada gira de promoción. En ese sentido el disco cumple pero jamás se logra encumbrar como corresponde, quedando inevitablemente bajo la sombra de su antecesor, donde si pudimos percibir a un autor bastante más inspirado que en esta ocasión. 

6/10
Bueno, cumple...

viernes, 25 de septiembre de 2015

Duran Duran: Paper Gods (2015)

"No sienten el paso del tiempo..."

Los ingleses de Duran duran se enmarcan dentro de aquellas bandas ochenteras que lograron sobrevivir (algunas a duras penas) a los complicados años noventa. Hoy, con tres décadas de carrera y poco que demostrarle al mundo los vemos llevando adelante una carrera silenciosa que, aunque sin deslumbrar, por lo general cumple. Lo suyo sigue siendo el pop, los sintetizadores, el coro pegajoso y arreglos que invitan al movimiento, y en aquella linea su nuevo álbum vuelve a regalar momentos agradables, de esos que uno disfrutaría de ver en vivo, aunque esta vez han enfocado el asunto claramente hacia la pista de baile.  

Percibimos en Paper gods a unos Duran Duran ansiosos por vivir y disfrutar el momento, lo gritan a cuatro vientos en la fantástica 'Last night in the city' ("Vamos a vivir esta noche como si fuese la última/ Porque a ninguno le importa si hay un mañana..."), donde han colaborado con Kiesza, pero estas ganas locas por sonar modernos y atractivos se expresan a lo largo del disco, tanto en materia de arreglos como producción. En 'Pressure off' (con Janelle Monae luciéndose en los coros) vuelven de hecho a entregar material de primera, sonando joviales y llenos de energía, también en 'Danceophobia' (feat. Lindsay Lohan) o 'Butterfly girl' aciertan, coqueteando incluso con el funk en esta última.  

El resto del álbum irá en una linea más tradicional, generando gratos ambientes en la hipnótica partida a cargo de 'Paper gods' (la canción), realizando un guiño hacia sus ochentas en 'Face for today' y a sus noventas en 'You kill me with silence', abrazando el pop en 'What are the chances?' (que cuenta con un sorpresivo solo a cargo de John Frusciante) y cerrando con elegancia en 'The universe alone'

Conscientes de que para una banda veterana el apelar a la nostalgia es sinónimo de muerte, Duran Duran ha intentado con Paper gods equilibrar el asunto, entregándose a productores del momento (Mark Ronson, Nile Rodgers, Mr. Hudson) para así congeniar con las actuales tendencias del pop pero intentando siempre conservar su esencia. El resultado se ha plasmado en un disco atrevido durante gran parte de su duración y que mantiene a la banda dando gratas señales de vitalidad. Los tipos se la siguen pasando de película y nosotros junto a ellos

7,5 / 10
¡Muy bueno!

martes, 22 de septiembre de 2015

Bon Jovi : Burning Bridges (2015)

"Sin chispa..."

Jon Bon Jovi se la sigue dejando muy fácil a sus detractores. No conforme con llevar al hilo una seguidilla de discos de mediocres hacia abajo, discos que entre todos no hacen siquiera uno, regresa este 2015 con otro que se suma a la lista de intrascendencias que viene entregando junto a su banda desde hace al menos quince años. Con una salvedad eso si: según él, esta vez no se lo ha tomado muy en serio. Ha declarado de hecho que el álbum no es más que un regalo para los fans (?!), un compilado de descartes editado casi a la fuerza para poder terminar contrato con su compañía y que por cierto, representaría el fin de un ciclo para la banda. El caso es que, sea como sea, el primer álbum de Bon Jovi sin Richie Sambora en las guitarras, quien en malos términos abandonó el buque un par de años atrás, no deja de ser un nuevo trago desabrido en la carrera del ahora trío de Nueva Jersey.

Burning bridges funciona como una colección de baladas típicas de Bon Jovi, algunas de ellas algo desprenden, como es el caso de 'A teardrop to the sea', un personal y sentido relato que abre de buena forma el disco (el cual todo el tiempo posee un perfume a disco en solitario de Jon). También más adelante algo dirán la oscuridad de 'Who would you die for' o 'Fingerprints' (que cuenta con un solo final que, dadas las circunstancias, emociona), incluso el rock que insinúa 'We don't run' (espantoso el coro eso si) no está del todo mal, el problema es que todo sigue sonando a pop predecible, completamente inofensivo y falto de chispa. Para muestras solo basta escuchar 'Saturday night gave me sunday morning' , 'We all fall down' o 'Life is beautiful', siendo esta última una especie de tributo a Coldplay en la peor de sus versiones.

No vamos a culpar a la partida de Sambora por el pobre resultado de estos temas, ya que con el guitarrista en las filas editaron discos incluso más malos que este, pero es de esperar que las palabras de Jon sean sinceras y efectivamente este conjunto de canciones acaben (al fin!) con esta etapa hiper melosa de Bon Jovi, la cual se ha extendido ya por demasiado tiempo. Dicen que la esperanza es lo último que se pierde así que bueno, ya veremos...

5 / 10
Nada muy especial...


Otras reseñas de Bon Jovi:

sábado, 19 de septiembre de 2015

Slayer // Repentless // 2015


Tras treinta años de carrera no le vamos a pedir a Slayer el que vengan a reinventar la rueda, menos considerando el aporte histórico que la banda realizó durante los años ochenta a la música extrema. Si al paso del tiempo agregamos el lamentable fallecimiento en 2013 de Jeff Hanneman y el posterior despido de Dave Lombardo, baterista de la agrupación por veinte años, que decir, la previa a la edición de Repentless estaba muy lejos de ser la ideal. Sin embargo, Tom Araya y Kerry King se han negado a darle el punto final a esta historia incorporando a nuevos miembros y entregándonos un disco dispuesto a volar craneos. Si lo logran o no, esa es otra historia.

Repentless abre de manera fenomenal, como suele ser tradición dan la partida con un instrumental de un par de minutos que calienta los ánimos de buena forma. Posteriormente la banda se enfrascará en una lucha con la velocidad, intentando claramente demostrar que pueden sonar feroces con esta nueva formación, 'Repentless' + 'Take control' apuntan a un sonido que no da demasiado respiro, un thrash al hueso con mucha dinámica, desaforados solos de guitarra, una batería sin tregua y un Araya (aún) bastante furioso en las voces, aunque poco depurado a la vez, la producción a la St. Anger no lo ayuda demasiado, dejando su voz (para bien y para mal) en primer plano todo el tiempo.

Será a partir de acá cuando el disco bajará un poco las revoluciones, entregando una seguidilla de temas más densos, en 'Vices' el doble pedal de Paul Bostaph realiza una gran labor que convence, mientras que la pasada por 'Cast the first stone' + 'When the stillness comes' me ha recordado por momentos el sonido del Sepultura de Derrick Green, con la banda intentando transmitir desde la oscuridad. Toda esta primera mitad del disco esta bien, con uno que otro momento musicalmente interesante y un hilo conductor que hasta ahora al menos no cansa.

Probablemente el primer bajón importante de Repentless llegue entrando la segunda mitad de este, 'Chasing death' e 'Implode', activan el piloto automático y percibimos a una banda imitándose a si misma, sonando plana y con muy poca sorpresa. Es el momento en donde Slayer parece buscar darle a los fans lo que quieren escuchar, como quien lanza un trozo de carne a un perro. 'Piano wire' cuenta con más matices pero conserva esa linea directa, también en 'Atrocity vendor' + 'You against you' todo suena muy predecible e incluso monótono. Llegamos así al cierre con 'Pride in prejudice', una más densa pero que tampoco nos dice demasiado.

En este blog he expresado muchas veces el desprecio que tengo por la nostalgia. Es una posición personal y no tengo absolutamente nada en contra de quienes viven constantemente mirando hacia el pasado en lo musical, bajo la leyenda de que "todo tiempo pasado fue mejor". Sin embargo, el elogio porque si a una leyenda no va conmigo, independiente del respeto y cariño que uno pueda sentir por determinada agrupación o artista. En este 2015, y tras seis años de silencio Slayer ha regresado con un álbum bastante conformista y que en general apuesta por la velocidad como principal motor. Algunos disfrutarán muchísimo con esto, incluso deseando que la banda hubiese metido más y más temas rápidos, yo en cambio me he quedado con gusto a poco. 

De hecho, a raíz de este lanzamiento me he puesto discos antiguos de Slayer e incluso aquel experimento nu metal de 1998 titulado Diabolus in musica o su posterior God hates us all (2001) me siguen pareciendo más interesante de oír que este nuevo Repentless. Al menos en ese entonces Slayer tenía algo que decir.

2.5 // Nada especial. 

jueves, 17 de septiembre de 2015

Myrkur: M (2015)

"Fenómeno mediático digno de atención..."

La última maravilla (?) dentro del mundo del black metal tiene forma de mujer y proviene desde Dinamarca. Se trata de Amalie Bruun, quien bajo el seudónimo de Myrkur ha logrado en muy poco tiempo dividir aguas dentro de los amantes de la música extrema. Para muchos, la mujer no pasa de ser un fenómeno mediático cuyo éxito se debe más que nada a su imagen de chica dulce, mientras que otros han visualizado en ella la capacidad de romper con ciertos esquemas tradicionales del género. Sea como sea, el proyecto tanteó terreno con un EP en 2014 y dado el revuelo generado ha tardado menos de un año en regresar con disco debut, el cual como era de esperar ha profundizado las diferencias de opinión en torno a la compositora.

Amelie no se ha complicado con el álbum, desde su título, duración, hasta su sonido. En un poco más de treinta minutos la mujer trabaja una mixtura musical que incluye desde folclor nórdico hasta elementos propios del black e incluso el gótico. El principal mérito de Myrkur radica ahí, en el intento por expandir los límites del estilo y entregar un disco que dispara hacia varios lados, lo cual lo vuelve bastante accesible a personas que no siguen tradicionalmente el metal.

El álbum abre, por ejemplo, con un interesante instrumental titulado 'Skogen skulle do', una pieza que enlaza juegos vocales con arreglos de cuerdas bastante amenos, algo similar se dará más adelante en la dupla 'Volvens spadom' + 'Jeg er guden, i er tjenerme' (que en realidad son una sola), la cual introduce una serie de voces femeninas para luego dar paso a las guitarras y la oscuridad. Hay otros pasajes en donde Brunn utiliza su voz de manera muy limpia y sutil, acompañada en ocasiones únicamente por su piano y en otras generando ambientes con las guitarras, ahí canciones como 'Onde born' o 'Dybt i skoven' funcionan bastante bien. Finalmente hay tres temas (si, sólo tres) en donde la mujer aborda decididamente sonidos más sucios y ligados al black metal, acá la oímos sacando gritos guturales en medio de estructuras relativamente comunes.  

El álbum funciona entonces como una especie de collage de estilos, con lo que este gana en diversidad pero pierde en cohesión. No estamos frente a un disco que efectivamente expanda el black metal, sino más bien uno que pega con cola un conjunto de ideas correctamente trabajadas, pero todas por separado. Ahora, de todas maneras el primer disco de Myrkur cumple de sobra, efectivamente no descubre nada nuevo pero si al menos anticipa una carrera digna de atención. 

7/10
Muy bueno.

lunes, 14 de septiembre de 2015

Beach House: Depression Cherry (2015)


Tras el tremendo Bloom (2012), probablemente uno de los grandes discos que oiremos durante la presente década (y que ya había sido antecedido por el excelente Teen dream), el dúo estadounidense Beach house acabó por ganarse el respeto y la atención de miles. En aquella ocasión la banda combinó de manera magistral su tradicional dream pop con melodías incontestables y un toque de intensidad por momentos irresistible. Y bueno, parte importante de estos elementos se encuentran presentes en este, su quinto álbum, a excepción del quizás más importante de todos (o al menos la que volvió a dicho álbum un registro tan particular): la mencionada intensidad. Con Depression cherry, los Beach house se repiten el plato, no quedan dudas de aquello, vuelven a echar mano a una fórmula que les sienta perfecta a estas alturas, jugando con ambientes melancólicos muy bien logrados a base de soberbios teclados, sencillas guitarras  y una Victoria Legrand que en las voces convence cada día más. El problema es que el resultado es irregular, de algunos momentos altos pero otros igual de bajos. 

Canciones como 'Levitation' o 'Beyond love' dan muestra de cuanto aún puede lograr esta banda abrazando la emocionalidad, mientras que el contraste entre el muro de sonido que propone 'Sparks' y el pop declarado de 'Space song' sigue hablando bien de la versatilidad de Beach house, sin embargo, entrando en el nudo del álbum este poco a poco comenzará a decaer, entregando durante toda la recta final solo un contado punto alto, la dulce 'PPP', para luego tropezar con el tedio una y otra vez. 

Nos quedamos así frente a un disco de continuidad poco lograda, con una primera mitad que cumple e incluso regala un par de momentazos ('Levitation' + 'Beyond love') y una segunda en general aburrida hasta decir basta, repleta de arreglos de teclados eternos y muy pocos colores. No es del todo un mal disco pero frente a lo que la banda venía haciendo me parece que Depression cherry luce opaco, eso además de sonar a momentos demasiado reiterativo. Tal parece que la fórmula ha tocado techo.

6/10
Cumple, se deja oír...


Otras reseñas de Beach House:
2012 // Beach House // Bloom

jueves, 10 de septiembre de 2015

Lamb Of God: VII: Sturm Und Drang (2015)

"Agresivo y honesto..."

Tras la lamentable tragedia en que se vio involucrado Randy Blythe, la cual incluso lo mantuvo un lapso de tiempo tras las rejas,  Lamb of god regresa con el acelerador a fondo de la mano de un álbum que funciona como una perfecta descarga de ira y energía, sorprendiendo gratamente gracias a la cohesión que este presenta. En ese sentido, y dadas las circunstancias que rodearon la composición del séptimo disco de la banda, era quizás esperable el que este abordara un sonido agresivo, sin embargo en el cómo lo han logrado creo que radican todos los méritos. 

VII: Sturm und drang es un trabajo que, salvo una que otra excepción, funciona en una linea bastante regular: guitarras afiladas, un mal rollo constante y un Blythe, que como era de esperar, se entrega absolutamente en cada una de las interpretaciones. Hablando de las canciones, toda la primera mitad me parece un constante punto alto, desde la velocidad de 'Still echoes' + 'Erase this', pasando por la demoledora '512' (titulada en honor a la celda que el vocalista habitó), el excelente  experimento melódico que es 'Embers' (Chino Moreno de Deftones aportando lo suyo acá), hasta la pausa que entrega 'Overload' (el recuerdo de Alice in chains presente acá), todo funciona como un viaje que no entrega respiro ni baja el nivel. 

Ahora, la segunda parte del disco redundará un tanto, insistiendo con la velocidad en 'Anthropoid' o 'Wine and piss' , demoliendo craneos en 'Delusion pandemic' o bajando hacia tonalidades más oscuras en el notable cierre que es 'Torches', otro de los tremendos momentos que regala el disco. Quizás en toda esta recta final el disco se acabe quedando sin mucho que proponer pero me parece que nadie podrá negar que el objetivo desde hace mucho rato había sido logrado. Si no estamos frente al mejor disco de Lamb of god, pega en el palo, VII: Sturm und drang suena inspirado, explosivo y fresco, potente y honesto. Otro de los buenos discos que nos dejará este año. 

8/10
Excelente.

lunes, 7 de septiembre de 2015

Foals : What Went Down (2015)

"Salto cualitativo..."

Los adelantos hablaban de un álbum potente, sin embargo, había que verificar si se repetía el fenómeno de 2013, año en que Foals entregó Holy fire, un disco que prometía muchísimo tras la fantástica 'Inhaler' pero acabó cayendo en un sonido bastante convencional. Y bueno, con el álbum entre nosotros desde hace unas cuantas semanas me parece que ya estamos en condiciones de confirmar sensaciones, las cuales se podrían resumir desde ya en dos lineas:  What went down es el mejor trabajo en la carrera de Foals y sin ninguna duda uno de los puntos altos que oiremos durante este 2015.

La evolución que Foals insinuó en Holy fire acá se ha consolidado, demostrando un nivel de crecimiento importante y verificando el que la banda posee pasta para cosas mayores. Las tres primeras por si solas son muestra clara de lo que menciono, acá la banda es capaz de deambular por múltiples sonidos y en cada uno de ellos salir bien parada. 'What went down' (la canción) es una descarga de energía impresionante, una canción visceral, agresiva y llena de vida, un tema que impacta de entrada gracias a su potente dinámica. Mucho más amena y limpia sonará 'Mountain at my gates', con un subidón exquisito hacia el cierre del tema, mientras que en 'Birch tree' el asunto sutilmente invitará al movimiento, conectando un tanto con el sonido de los primeros discos de la banda. Los primeros quince minutos de disco son manjar del bueno, sin embargo, el asunto esta vez no se quedó sólo hasta ahí, lo cual es meritorio y marca un claro punto de diferencia respecto a los antecesores.

Sonará a continuación 'Give it all', tema que se internará en ambientes más calmos explotando en teclados al llegar a los coros para luego retomar la dinámica con la excelente 'Albatross', otro de los grandes momentazos que nos regala el álbum con un par de minutos finales explosivos y soberbios. Convence de igual forma el rock de 'Snake oil' y la juguetona 'Night swimmers', tras esta el disco nuevamente bajará las revoluciones con 'London thunder' (grata balada), mientras que hacia el final el asunto vuelve a volar alto con el intenso pop de 'Lonely hunter' y los desaforados ambientes de la épica 'A knife in the ocean'. Todo gran disco debe tener un final acorde y What went down lo encuentra en la mencionada, toda una joya. 

Si hasta ahora Foals habían dado gratas señales me parece que con este, su cuarto álbum, finalmente han dado el salto cualitativo que necesitaban para abandonar la categoría de promesa. Foals es una realidad y el talento que desborda What went down es la prueba innegable de aquello, un álbum diverso, maduro, de mucha energía y compuesto por grandes canciones. De lo mejor que seguramente nos dejará 2015. 

¿Canciones? 'What went down', 'Mountain ay my gates', 'Albatross' y 'A knife in the ocean'.

8,5 / 10
¡Excelente!


Otras reseñas de Foals:
2013: Holy fire

viernes, 4 de septiembre de 2015

Motorhead // Bad Magic // 2015


Con el lamentable estado de salud de Lemmy Kilmister dando que hablar, los legendarios Motorhead se niegan a morir. Fieles a lo suyo nos han vuelto a regalar el nuevo disco de turno (desde 1977 es tradición el tener álbum de ellos cada dos o tres años), en esta ocasión se trata de Bad magic, cuarenta minutos de rock & roll con marca registrada"Más de lo mismo" - dirán muchos. Y si, lo es pero ... ¡bienvenido sea! A estas alturas del partido Motorhead es lo más parecido que existe a un plato que te has servido cien veces y aun así te sigue gustando. 

Si Aftershock (2013) estuvo bien, Bad magic mantiene las cosas en un nivel más que digno, con la característica velocidad de la banda y Lemmy mandando con el bajo + voces. Se le oye cansado y al límite, de eso no cabe duda, pero el tipo sigue dándolo todo, transformándose a estas alturas en un estandarte en vida dentro del mundo del hard rock. ¿Momentos altos? La dinámica endemoniada de 'Thunder & lightning', 'Shoot out all of your lights' o 'Tell me who to kill' , la bajada de revoluciones que entrega ''Till the end' y el curioso cierre covereando a los Stones en la siempre única 'Sympathy for the devil'

Motorhead vuelve a cumplir entregándonos una vez más lo que muchos necesitamos: una dosis directa de rock & roll a la vena. ¡Pero ojo que esto no es solo nostalgia! En este mismo blog no he dudado en criticar mal a discos continuistas de ACDCJudas Priest o Iron Maiden. Sin embargo, los de Lemmy hacen lo suyo y lo hacen bien, aquello tras casi cuarenta años de carrera es digno de elogio.

3.0 // Bueno, cumple. 

martes, 1 de septiembre de 2015

Iron Maiden : The Book Of Souls (2015)

"Nobles intenciones para un resultado discreto..."

"Pero los dinosaurios van a desaparecer... "- dijo sabiamente Charly alguna vez. Y no pasa nada, no? Que el descenso es inevitable para todos y aquello es lo único que esta vida nos asegura desde un comienzo. Llega a dar miedo eso si el imaginar este mundo sin los dinosaurios del rock que aún nos quedan en activo. Cuesta imaginar una vida sin ACDC, sin los Stones, sin Paul, Gilmour ni Plant.... o sin Iron Maiden. Pero llegará, ese día inevitablemente llegará y las señales son cada vez más claras. Algunos grandes aún son capaces de entregar agradables sorpresas mientras que otros lo intentan sin ser efectivamente capaces, y por aquellos lares deambula desde hace un buen tiempo la dama de hierro, entre discos irregulares (Dance of death de 2003 o The final frontier, 2010 ) y otros exageradamente ambiciosos (A matter of life and death, 2006). Lamentablemente en esta última categoría (y peor) encaja The book of souls, el más reciente quiero pero no puedo de una de las leyendas más grandes de la historia del heavy. Un disco que avanza en la misma linea de sus dos antecesores, intentando convencer con sus múltiples juegos de guitarras y estructuras que superan incluso los diez minutos de duración pero que termina ahogándose en medio del innegable tedio.

A diferencia de Judas Priest, quienes jugaron a la segura (?) recientemente con un mediocre Redeemer of souls (2014), Iron Maiden persiste en su intento por trabajar un sonido barroco, lleno de idas y vueltas aparentemente complejas pero en donde la banda acaba perdiéndose en si misma. Para muestra los veinte insufribles minutos de 'The great unknown' + ' The red and the black', o las eternas estrofas + coros de 'The book of souls' (la canción), a la que ni siquiera el predecible cambio de velocidad que vive a los seis minutos logra rescatar. Solamente entre las tres mencionadas hay treinta minutos de música, suficiente como para tener una clara idea de los reiterativos pasos que da el álbum.  

El resto son las clásicas cabalgatas marca de la casa, las cuales curiosamente acaban siendo lo más disfrutable (?) que contiene el disco, quien lo diría. Ahí 'Speed of light' , 'When the river runs deep' o 'Death or glory' algo entretienen, también cumple la partida a cargo de 'If eternity should fail'. Ahora, del auto plagio descarado de 'Shadows of the valley' ni hablar (es 'Wasted years' + 'Benjamin Breeg' + 'The fallen angel'), una señal más de que se han quedado sin ideas.

Instrumentalmente la banda es sólida, y aquello probablemente sea lo más rescatable que encontremos en el disco, el que estos tipos técnicamente continúan cumpliendo de sobra no entregando señales de cansancio alguno. Y bueno, Bruce Dickinson es tema aparte, seguimos hablando de uno de los vocalistas más importantes de la historia. El resto: monótono, predecible y muy poco atractivo. 

4/ 10
Malo.


Otras reseñas de Iron Maiden: