Hay varios puntos que debemos darle a Deftones. Primero el haber sido capaces de sacarle cuerpos y cuerpos de ventaja en materia creativa a cualquiera de sus pares generacionales (digamos, toda esa olvidable camada de bandas nu metal). Segundo, al menos hasta 2012 (intuirán ya hacia donde voy) no tener un disco ni medianamente malo, que no es poco eh? Siete de siete en veinte años de existencia no es poco. Y tercero: el ser absolutamente únicos. Sin embargo, y digámoslo con todas sus letras: la buena racha ha terminado. Y es que tras cuatro años de silencio Deftones ha regresado con Gore, su álbum más modesto a la fecha.
Lo primero que quisiese comentar respecto al octavo álbum de Deftones es lo pésimo que suena: es un tarro que de entrada cuesta disfrutar, siendo que las canciones que lo componen malas no son. Sabemos que no hablamos de una banda particularmente pulcra en cuanto a su sonido de estudio pero me parece que esta vez en materia de ruido sobrepasaron todos los límites tolerables. Dicho en simple: Gore no se puede oír en volumen alto sencillamente porque molesta. ¡Y el no poder escuchar rock a todo lo que da debería ser considerado un crimen!
Y bueno, hablando de los temas propiamente tal habría que mencionar que el puñado que esta vez la banda ofrece en general cumple, encontrando ganchos atractivos en su primera mitad gracias a combos que combinan los clásicos ambientes etéreos que Deftones suele visitar disco a disco y que acá se expresan en temas como 'Prayers/Triangles' o 'Acid hologram', con otras pasadas más directas, como las que se viven con 'Doomed user' o 'Geometric headdress'. El problema es que con cualquiera de estas o con prácticamente todo lo que suena durante la segunda mitad, a excepción de 'Gore' (la canción), que debe ser de lo mejor del álbum, resulta inevitable el constatar que por primera vez la falta de ideas al interior de la banda ha quedado en evidencia. Y es que esta vez han jugado a la segura, quizás demasiado.
El octavo de Deftones no es un mal disco pero si se mueve al límite al no proponer absolutamente nada novedoso y visitar constantemente la zona de confort que la banda viene estableciendo desde hace prácticamente una década. Y bueno, es que alguna vez tenían que fallar, no?
6 /10
Bueno, cumple.