lunes, 27 de junio de 2016

Red Hot Chili Peppers: The Getaway (2016)

No levantan ni con palanca. 

Dentro de la discografía de Red hot chili peppers puede que I'm with you sea considerado un álbum menor, sin embargo escuchándolo al día de hoy sigue sin parecerme el desastre que muchos apuntan (sobretodo los fans de John Frusciante), de hecho! si me apuran creo que canciones como 'Monarchy of roses' o 'Factory of faith' entrarían en un compilado personal armado con buenos temas de la banda (e incluso me la pensaría con 'Brendan's death song'). Ahora, de que en aquel disco de 2011 se percibía un potente perfume a naftalina, ni hablar, el hecho era innegable: los red hot de golpe se volvían mayores. Y que mejor confirmación de lo que menciono que el presente de la banda, disco cada cinco años y respectiva de promoción, digamos, el trámite típico de las bandas dinosaurio...

Se suele afirmar que la primera década de una banda, por razones evidentes, suele ser la mejor creativamente hablando (por algo la mayoría deja el negocio tras su tercer o cuarto álbum). Posteriormente algunas encuentran un segundo aire que les permite mantenerse con vida por un tiempo más e incluso conectar con nuevas generaciones (ahí tenemos la pasada por Californication + By the way en el caso de Red hot chili peppers), pero la tercera década siempre es difícil, lo ha sido para todos. Volver a encontrar tu momento, enfrentarte con la madurez, asumir que ya no eres un adolescente en cuerpo de hombre y todo eso, golpea fuerte en una banda. Aquello particularmente le ha costado a los de Anthony Kiedis, y ni siquiera incorporando sangre nueva en las guitarras (un tímido Josh Klinghoffer) o haciéndose asesorar en la producción por Danger Mouse han logrado (re)encontrar su centro.

Quien haya aguantado mis dos párrafos anteriores seguramente habrá anticipado hacia donde voy: no me ha gustado The getaway, me ha resultado realmente un disco soso y poco atractivo. Aplaudo el que la banda se mire al espejo y comprenda que no está para seguir emulando un Blood sugar sex magic e incluso un Californication. Bien ahí, en la intención de hacer algo diferente y reposado, el problema es que la jugada les ha quedado mal por la simple razón de que las ideas están escaseando demasiado en el seno de la banda, lugar donde la ausencia de John Frusciante se ha tornado más que evidente. 

Los primeros acordes de 'The getaway' (la canción) me recordaron muchísimo el inicio de Comedown machine, el último álbum oficial de los Strokes, El mismo sonido retro y aparentemente desnudo, con un bajo que marca los tiempos y guitarras que se asoman tímidamente. El tema se sostiene únicamente en su melodía y pese a que carece de explosión, cumple. También logra su objetivo 'Dark Necessities', una de las pocas canciones del álbum que logra quedarse en tu cabeza más allá de sus minutos de duración. Sin embargo, la pasada por 'We turn red' se oye floja, con muy poco que decir fuera de su bonito coro, lo mismo con 'Sick love' o 'The longest wave', canciones que piden a gritos algo más de energía, algo que las despierte del letargo en que caen, otras como 'Goodbye angels' o 'Go robot' suenan algo más divertidas, en la primera el bajo de Flea nos regala una pequeña explosión que se agradece y en la segunda escuchamos por primera vez en el álbum la guitarra de Klinghoffer, que hasta el séptimo tema brilla por su ausencia. 

Entrando en el recta final del álbum aparece 'Detroit' + 'This Ticonderoga', dos que así como 'Dark necessities' se encuentran en un nivel rescatable, digamos, al menos por la energía que desprenden, lo mismo con 'The hunter', que en su minimalismo consigue generar algo de emoción.  Y por ahí se termina yendo The getaway, cuatro o cinco temas entre trece, más una idea poco lograda e interpretaciones individuales, en general, nada significativas.

En 2016 Red hot chili peppers firma su peor trabajo en mucho tiempo, uno que confirma un declive creativo que esta vez ni con palancas externas han logrado ocultar. Duele escribirlo, eh? Que a estos tipos uno los ama y les guarda un agradecimiento inmenso, pero las cosas como son.

5/10 Nada muy especial



Otras reseñas de Red hot chili peppers:
2011 // I'm with you
1995 // One hot minute 

jueves, 23 de junio de 2016

Panic! At The Disco // Death Of A Bachelor // 2016

En pie.

El quinto disco disco de Panic! at the disco atrapa a la banda (?) en un momento singular, con Brendon Urie como único miembro original de la agrupación y por tanto encargándose de prácticamente todo en materia de composición. Siendo este entonces ya casi un proyecto en solitario, cabía la incógnita respecto a las direcciones que podía tomar, y bueno, en ese sentido muchas diferencias en relación al pasado no encontramos en Death of a bachelor, aunque si sorprende gratamente el nivel del álbum, el cual gracias a un pop bien construido, dinámico y diverso se las arregla para mantener nuestra atención centrada en la música durante gran parte de su trámite. Claramente el disco no descubre (ni pretende) nada nuevo pero en lo suyo, divierte. 

Como suele ocurrir dentro de los álbumes de pop, lo mejor se encuentra en su comienzo. Ahí 'Victorious' + 'Don't threaten me with a good time' (que utiliza un notable sample de 'Rock lobster' de los fantásticos B-52's) cumplen a cabalidad con sus baterías explosivas y constantes ambientes de fiesta. 'Hallelujah' baja un poco las revoluciones pero debe ser una de las mejores canciones del disco, 'Emperor's new clothes' retoma ese sonido sucio y golpeado del comienzo, mientras que en 'Death of a bachelor' (la canción) Urie se disfraza de crooner para encontrar su mejor interpretación en todo el álbum (los cambios vocales son fantásticos, hay que decirlo). La onda retro continuará con la contagiosa 'Crazy = Genius' (otra de las buenas canciones que nos deja este disco) para a continuación retornar al presente con la adolescente 'LA devotee'. Y así, Death of a bachelor tiende a funcionar en plan montaña rusa, bajando y subiendo con facilidad aunque claro, quedándose con pocas municiones entrando en su recta final. 

¿Que nos ha dejado entonces lo último de Panic! at the disco? Un puñado de agradables canciones, tres o cuatro de ellas bastante contagiosas, y la sensación de que Brendon Urie ha logrado en solitario mantener en pie el buque, sin deslumbrar pero tampoco decepcionando. 

3.0 // Bueno, cumple.

lunes, 20 de junio de 2016

Adelanto: Peter Gabriel // I'm Amazing


Nos van quedando pocos genios en vida, y Peter Gabriel es uno de ellos. Que alegría el constatar que sus capacidades se encuentran intactas, eso es al menos lo que 'I'm amazing' demuestra, tema que ha adelantado (?) como parte de algún trabajo que esperamos llegue más pronto que tarde. Sabemos que el inglés suele tomarse bastante tiempo entre cada trabajo de estudio que entrega (su último lanzamiento con material inédito fue el fantástico e infravalorado Up, de 2002) y bueno, esta claramente no ha sido la excepción.

Según Gabriel, 'I'm amazing' fue un tema compuesto tiempo atrás y en parte estuvo inspirado en la vida y lucha de Muhammad Ali, por lo que tras su partida decidió compartirlo con todos nosotros. Musicalmente la canción mantiene el coqueteo electrónico/industrial de Up pero escapa de los lánguidos ambientes trabajados en ese entonces. Sea como sea, en lo personal me declaro encantado. 

jueves, 16 de junio de 2016

M83: Junk (2016)

Escapando de las expectativas.

Tras el repentino éxito de Hurry up, We're dreaming (otro de los buenos discos que nos ha dejado esta década), Anthony González (líder de M83) la vio complicada, y es que la presión frente a este nuevo álbum era novedad: la banda de pronto debía estar a determinada altura y competir con el reconocimiento obtenido en estos años. La sensación, sin embargo, tras escuchar bastante este Junk es que el compositor ha querido escapar de dichas expectativas y para ello ha decidido mirar hacia el pasado y toda aquella música que lo ha influenciado, una vuelta a sus raíces por así decirlo. 

Nos encontramos así con un disco que no mira hacia adelante y que, en palabras del propio Gonzalez: "busca liberar a M83 del sonido grandilocuente de Hurry up... para abordar algo más ligero y melancólico, divertido pero donde primaran las emociones".  Detienen entonces la máquinas y se lanzan sobre un sonido un tanto más reposado, cargado de una onda retro que a ratos conquista pero en otros (sobretodo durante su segunda mitad) tiende a agotar. 

Las primeras cinco, por ejemplo, son una pasada que no tiene desperdicio y pese a que, a excepción de la explosión en guitarras de 'Go!' y la exquisita partida con 'Do it Try it' se extraña algo de dinámica, en lo suyo el disco cumple con creces. Los medios tiempos 'Walking blues' y 'Babi the dog' te trasladan inevitablemente a los años ochenta, mientras que 'Moon crystal' es un notable homenaje instrumental al gran Barry White. Lamentablemente, entrando al nudo el disco comienza poco a poco a entramparse en baladas que resultan difíciles de seguir, 'For the kidz' + 'Solitude' + 'The wizard' es una seguidilla bastante aburrida y ciertamente el asunto no volverá a despegar desde entonces. Si alguien osa continar con el disco probablemente encuentre cosas atractivas en 'Road blaster' o 'Time wind' (una donde colabora el gran Beck), pero estas pesan poco en medio de un conjunto de gustos personales que Gonzalez se ha dado y que parecen estar dispuestos a exasperar a quien escucha.

Tras un exitoso álbum, M83 ha optado por un camino más íntimo y que se aleja bastante de lo que habríamos esperado de ellos en un siguiente trabajo. La jugada parece ser intencionada, sin embargo, exaspera y si bien comienza convenciendo a poco andar se desinfla entre baladas y medios tiempos eternos. El resultado no es un desastre pero si peca de falta de ambición. Una lástima, si lo que buscaban era bajar el nivel de nuestras expectativas, bueno, claramente ahí han triunfado.

5/10
Nada muy especial...

domingo, 12 de junio de 2016

Beyoncé: Lemonade (2016)

Su bicho raro.

Un par de meses atrás escribí acerca de lo más reciente de Rihanna, su mejor disco a la fecha sin ninguna duda y bueno, tal parece que estas nenas del pop se han propuesto el ponerse al día en lo musical ya que esta vez toca hablar de Beyoncé, quien en este 2016 también se ha despachado el que probablemente debe ser el mejor álbum de su carrera. 

Independiente del faranduleo que rodeó la edición de Lemonade (el trabajo trataría acerca de las infidelidades de su marido), resulta mención obligada el referirse al torbellino de emociones que el disco presenta, y es que lo más reciente de Beyoncé suena en todo momento cargado de honestidad, siendo este el principal argumento a favor que el trabajo presenta. En ese camino las interpretaciones juegan un rol preponderante, y es que a diferencia de cualquiera de sus anteriores álbumes, en esta ocasión la vocalista ha abandonado los efectismos para poner el mensaje en el centro, complementando con arreglos sutiles y que suenan bastante abajo respecto a sus sonidos habituales.  Si a eso agregamos una serie de colaboraciones más que interesantes, que decir, el disco contagia y muestra a una artista re convertida, entregada a la experiencia. 

El desdoble que Beyonce ha realizado, con cooperación de Jack White, en 'Don't hurt yourself', por ejemplo, es notable, sin embargo, antes de que esta suene ya hemos disfrutado de su franqueza en la apertura en total calma a cargo de 'Pray you catch me' + 'Hold up' y posteriormente la notable 'Sorry' volverá a regalarnos lineas que resultan imposible no seguir. En 'Inch' la mujer se ayuda de The Weeknd y frasea el 'My girls' de Animal Collective pero entrega suficiente carisma como para no llevarnos a arquear la ceja mientras que pasando el nudo del álbum este se moverá desde la dinámica acústica de 'Daddy lessons' hasta los ambientes golpeados y contestatarios de 'Freedom', que se encuentran secundados por Kendrick Lamar, pero no sin antes pasearse por sentidas baladas como 'Love drought' o 'Sandcastles' (maravillosa vocalización en esta). Mención aparte por cierto para 'All night', otra donde la vocalista complementa soberbios arreglos instrumentales con su bendita garganta rozando así la perfección. ¿Algo que lamentar? Claro! El incomprensible cierre a cargo de 'Formation', por paliza lo peor de la lista. 

Nunca fui cercano a la música de Beyoncé pero su nuevo álbum me ha resultado irresistible. Lemonade dispara hacia muchos lados y en prácticamente todos cumple de sobra, puede que efectivamente le falten canciones de mayor gancho inmediato pero esto se le disculpa dada la valentía que el álbum derrocha. Su mejor disco a la fecha y un verdadero bicho raro dentro de su discografía, también uno que ilusiona respecto a lo que vendrá para ella. Tal parece que Beyoncé ha perdido el miedo y ha decidido dar ese siempre necesario salto cualitativo con su música. El tiempo dirá si esto fue solo sol de un día o un camino definitivo.

¿Canciones? 'Hold up', 'Don't hurt yourself', 'Sandcastles' y 'All night'.


7,8 / 10
¡Muy bueno!

miércoles, 8 de junio de 2016

James : Girl At The End Of The World (2016)

Sobre cargados (en un muy mal sentido).

"No tengo nada excepto amor...!" - exclama Tim Booth en 'Nothing but love', uno de los medios tiempos que componen el nuevo álbum de James, y de paso una linea que me parece resume de buena forma el presente de estos ingleses, quienes tras un par de éxitos puntuales durante los años 90 acabaron quedando en tierra de nadie por lo que a estas alturas, a excepción del amor por la música, cuesta imaginar una razón que los siga manteniendo en pie. 

Y ese amor es el que precisamente debe venir motivando a James desde hace unos años a escapar de su zona de confort. Las ganas de explorar nuevos sonidos por parte de la banda se vieron reflejadas en el correcto Le petit morte de 2014 y se han reafirmado dos años más tarde con su más reciente trabajo, aunque esta vez han osado ir bastante más allá con el uso de teclados y sintetizadores, sacrificando con esto su identidad melódica. 

Hay cosas que logran funcionar en el disco, como es el caso de las hipnóticas 'Bitch' o 'To my surprises', e incluso pasadas más explosivas (aunque absolutamente excesivas) como 'Attention' o 'Catapult' se disfrutan a momentos, sin embargo, gran parte del álbum acaba cayendo en pesadas lagunas que no van hacia ningún lado ('Suffer song', 'Move down south' o la desesperante 'Alvin', claros ejemplos), por lo que más allá del valiente y camaleónico experimento, Girl at the end of the world, acaba siendo un trabajo fallido, olvidable y agotador.  

El intento por re descubrir el sonido de James se valora pero cuando las canciones desaparecen y estas acaban siendo totalmente cubiertas por capas y capas de electrónica sin sentido ni peso, no queda más que reconocer que el experimento no ha acabado de cuajar correctamente.

4/10
Malo.



Otras reseñas de James:

lunes, 6 de junio de 2016

Adelanto: Beck // Wow


21 de Octubre será el día en que Beck vuelva a regalarnos su talento, aunque esta vez en versión divertida. Ha pasado tiempo (dos años y pico) desde que el hombre entregase aquel fantástico Morning phase, y tal parece que ahora nos toca ponernos de pie y danzar junto a él. Sea como sea, ¡da igual! Si el DJ de la fiesta es Beck, yo me entrego a la noche. 

Que grande que es, y acá quedan los dos adelantos que han visto la luz hasta ahora, 'Dreams' (que la conocimos en 2015) y 'Wow', que oficialmente es el primer promocional del que será su álbum número trece. Y ahora, a esperar... 



jueves, 2 de junio de 2016

Haken : Affinity (2016)

Más luminosos, igual es enormes...

No cabe duda de que el metal progresivo viene entregando buenas cosas desde hace rato y, en medio de toda una nueva camada de bandas que vienen sosteniendo la bandera, los ingleses de Haken han logrado mostrarse como una de las pequeñas gemas del género, sobretodo tras la edición en 2013 del colosal The mountain, un disco fantástico que al día de hoy sigue maravillando a muchos (que el disco sólo cuente con poco menos de 5000 visualizaciones en YouTube no hace más que evidenciar lo ingrato que está el mundo por estos tiempos). 

El caso es que a tres años de haber editado The mountain, la banda regresa con el que probablemente debe ser su disco más accesible a la fecha, aunque con esto no pretendo afirmar el que Affinity sea un disco que deba ser tomado a la ligera, pero si uno que visita diversos lugares comunes dentro del progresivo, lo cual lo vuelve un trabajo ameno y en general, sencillo de llevar para quienes siguen este tipo de sonidos. 

Dentro de los aspectos positivos con los que carga Affinity habría que mencionar la prolijidad técnica con la que este ha sido ejecutado prácticamente en su totalidad, lo iluminados que suenan en determinados pasajes progresivos ('1985', 'The architect' o la absolutamente brillante 'The endless knot' son claros ejemplos de lo que menciono) o las emocionalidad que visitan muchas de sus canciones con un Ross Jennings totalmente convincente en sus vocalizaciones ('Earthrise' o 'Red giant', tremendas). Sin embargo, el álbum bebe constantemente de fuentes externas, a momentos se disfrazan de Leprous, se pasan al Steven Wilson más reciente y constantemente rinden tributo a Dream Theater, por lo que, en relación a lo entregado en The mountain, la banda esta vez parece estar más en una búsqueda que el haber encontrado un camino. Lo cual, en manos de Haken no deja de ser siempre positivo...

Suenan bien, que digo bien... ¡si el disco en lo suyo es excelente!, pero en comparación con su antecesor inmediato quedan un peldaño más abajo. Ahora, no nos confundamos, estamos frente a uno de los mejores discos del año pero es que hablamos de Haken y bueno, la vara con ellos al parecer se mantendrá por un buen rato bastante arriba.


8 / 10
Excelente.