jueves, 8 de septiembre de 2016

Devin Townsend Project: Transcendence (2016)

Talento ingobernable. 

Resulta siempre complejo el abordar la música de una personalidad tan excéntrica como la de Devin Townsend, uno de los creativos más inquietos de los últimos veinte años, período en donde ha desarrollado una carrera de múltiples aristas, con tantos defectos como virtudes pero enarbolando siempre la bandera de la creatividad al tope de sus capacidades. Y que mejor prueba de lo que menciono que 2014, año en donde Townsend editó tres álbumes al hilo, casi tres horas de música en donde el vocalista dio rienda suelta a toda su verborrea imaginativa. 

Ahora claro, tanto trabajo seguido pasa la cuenta a cualquiera, y ahí el riesgo de repetir fórmulas hasta el cansancio (y digámoslo, agotar) es evidente. Townsend lo sabe, pero insiste. Y es que el tipo respira para y por su música, esta es la mejor terapia que seguramente ha encontrado para exorcizar sus demonios y desventuras. 

Nos encontramos así en este 2016 con Transcendense, un disco que, si quisiésemos ordenar un poco este asunto (quizás de manera forzada, lo se), podríamos situar como el fin de una trilogía (?) iniciada en 2009 por Addicted y continuada en 2012 por el fantástico Epicloud. Y es que si en el primero el guitarrista exploró sonidos que aún contenían algún elemento agresivo propio de su mítico proyecto Strapping young lad (acabado en 2006), en el segundo se lanzó de lleno a la grandilocuencia, marcada por una producción que en este 2016 se ve exacerbada casi a su máxima expresión (diremos "casi", ya que con Townsend realmente nunca se sabe). En ese sentido el murallón de sonido que el genio canadiense vuelve a proponer es de entrada lo primero que seguramente a muchos golpeará, sin embargo mi consejo es que sigan ahí, que acá hay algo por lo que vale la pena esperar.

El bueno de Devin ha querido abordar esta vez un camino más espiritual y aquello se aprecia en los ambientes que rodean este Transcendence, marcados por coros enormes, diálogos muchas veces reflexivos y un sonido colosal que parece tan pretencioso como personal. El disco suena controlado al milímetro y nos embarca desde un comienzo en un viaje que pretende no soltarnos. Abre con una versión remozada del (casi) instrumental 'Truth' (original de 1998, incluida en Infinity) y luego suelta las riendas con dos piezas monumentales: 'Stormbending' y 'Failure'. La primera muy pesada, la segunda desenfunda exquisitos elementos progresivos que conectarán de manera impecable con los siete minutos de 'Secret sciences', que con su partida semi acústica entregará una necesaria pausa a la intensidad que el trabajo traía hasta acá, mientras que la senda progresiva se retomará con 'Higher', nueve minutos fantásticos que muestran al mejor Devin Townsend que hemos oído en largo tiempo. 

La segunda parte del álbum continuará en una linea similar con 'Stars' siendo efectiva, 'Transcendense' (la canción) insistiendo sobre la enormidad del sonido y 'Often you light' mostrando una faceta más agresiva y ágil del guitarrista, apoyado una vez más por su inseparable amiga y colega, Anneke Van Giersbergen. Siendo claros, el álbum no recupera en su segunda mitad el desplante que mostró en su primera parte, dejando incluso la sensación de que las últimas dos sobran o que al menos redundan en exceso sobre sonidos ya desarrollados.

Ahora, con todo, Transcendense me parece un gran disco que podría servir como puente de acercamiento entre el universo creativo de Devin Townsend y nuevos públicos. Ahora, para quienes lo venimos siguiendo desde hace un buen tiempo no es más que la constatación de un presente aún prodigioso por parte de un creador incansable. 

8/10
Excelente.

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