viernes, 25 de abril de 2014

Woods : With Light And With Love (2014)

Soltando amarras

Seis discos en casi diez años de existencia hablan de una banda que se ha auto impuesto el no parar de producir y es probable que esta condición haya derivado en una carrera repleta de bonitas canciones pero que no mostraba demasiada evolución disco a disco. 

En lo personal (acá algunos sentirán ganas de abofetearme) ningún disco de Woods me había logrado convencer, ni siquiera Bend beyond (2012), que era el que más me agradaba a la fecha, sin embargo, la racha ha terminado este 2014 gracias a la edición de With light and with love, un trabajo con el que Woods se consolida como una propuesta sólida, con identidad y que alcanza (al fin) la tan ansiada madurez.    

Desde sus inicios Woods han abordado el folk desde una arista íntima y armónica, entregando siempre canciones cortas (2 a 3 minutos cuando mucho) que no se complican demasiado en arreglos. Y es cierto, no hay nada en este álbum que no podamos encontrar en anteriores discos de la banda, sin embargo, nunca antes sonaron tan afiatados y creativos, nunca fueron tan diversos ni se apropiaron de un sonido como esta vez lo han hecho y nunca reunieron en un mismo disco un conjunto de temas que funcionasen bien desde el primero al último. En With light and with love se percibe a una banda que ha soltado las amarras de su sonido y si bien el principal referente con que este cuenta es el folk (al cual se lanzaron de lleno en canciones como "Shepard" o "Leaves with glasses"), a partir de ahí han disparado hacia distintos referentes, son rock en "Twin steps" o "Shining", muy armónicos en la exquisita pasada por "Moving to the left/New light" o en el excelente cierre a cargo del tridente "Full moon/Only the lonely/Feather man" y hasta se han dado el gusto de explorar ambientes algo más psicodélicos durante los 9 brillantes minutos de "With light and with love" (la canción).  

Existen muchas razones que permiten afirmar el que estamos frente al mejor álbum en la carrera de Woods, un disco que muestra crecimiento y logra situar los márgenes del sonido de la banda un peldaño por sobre antes se situaba. With light and with love es definitivamente otra de las joyitas que este 2014 nos ha dejado.

8,5 / 10
¡Excelente!


lunes, 21 de abril de 2014

Foster The People // Supermodel // 2014

Gratas señales 

A tres años de Torches, un debut cargado al pop veraniego, los Foster the people han vuelto con el desafío bajo el brazo de corroborar las buenas sensaciones que dejó su contagioso primer álbum. Torches fue, ante todo, un disco alegre que musicalmente lograba sonar fresco pero que no por esto se pasaba a la vereda del pop facilón/desechable/olvidable. Y bueno, considerando los buenos resultados obtenidos yo habría esperado una segunda entrega bastante similar al debut, sin embargo, grata sorpresa me he llevado al notar que, si bien hay aspectos que dan continuidad, existen otros en donde Supermodel insinúa cierta evolución, de hecho la duración de las canciones ya te habla bastante de aquello, mientras en Torches la mayoría no sobrepasaba los tres minutos acá todas rondan los cinco.  

Las tres primeras de Supermodel van por donde el asunto había quedado, es decir: las canciones livianas y de simpática buena vibra. Sin embargo, musicalmente se perciben diferencias, si bien canciones como "Are you what you want to be?" , "Ask yourlself" o "Best friend" ( una muy light que sonará más adelante) emparentan con el pop de lo que fueron "Call it what you want" o "Helena beat", se aprecia esta vez un sonido menos electrónico, menos de noche veraniega y más de banda rock tradicional, algo mucho más cercano a lo que realizan pares como Vampire weekend, por mencionar alguno. Hay menos teclados y más guitarras, menos dinámica y más medios tiempos, como es el caso de "Coming of age" , "Nevermind" o "Pseudología fantastica", temas que exponen arreglos que representan un paso hacia adelante para la banda. De hecho, mis momentos favoritos del disco llegaron durante la segunda parte de este, cuando canciones como "A begginer's guide to destroying the moon", "The truth" o la balada acústica "Goats in trees" aparecen para proponer atmósferas bastante más novedosas de lo esperado. 

Los últimos diez minutos de disco, a cargo de "Fire escape" y "Tabloid super junkie" me parecen la mancha que este posee, creo que no era necesario alargar innecesariamente un trabajo que ya había mostrado de buena forma sus credenciales. Nos pasa a todos, incluso a muchos blogueros, eso de estirar un asunto más allá de lo debido, como si quien leyese (o escucha) tuviese todo el tiempo del mundo.

Cierro yo entonces: no creo que Supermodel vaya a ser un álbum demasiado atractivo para quienes se enamoraron del sonido juvenil de Torches, pero a mi me ha gustado. La banda ha querido a momentos dar señales de cierta madurez y de sonar algo más reflexivos. No siempre lo logran de manera adecuada pero la dirección al menos promete.

3.5 / 5
Muy bueno!


sábado, 19 de abril de 2014

Malcolm Young


Cuando hablamos de ACDC todos pensamos inmediatamente en Angus, obvio, el genio. Sin embargo, mientras la estrella realizaba su performance existió siempre durante estos 40 años de música alguien detrás sosteniendo con fuerza y pasión cada canción, enmarcado en su metro cuadrado viviendo con delirio cada segundo sobre el escenario. Era Malcolm Young, la segunda guitarra de ACDC. Nunca se llevó los créditos ya que él no era el personaje principal de la obra, pero quienes amamos el rock & roll lo llevaremos siempre en el corazón. 

Quisiésemos que fuese todo una mentira, un cuento, una charada, incluso una estrategia comercial. Hubiésemos deseado que este momento nunca llegase pero el tiempo (maldita daga!) inevitablemente se encarga  de todo y de todos de forma que nunca olvidemos cuan frágiles somos. 

Poco tiempo atrás leía noticias en donde Brian Johnson confirmaba el regreso de ACDC. Gira de aniversario este 2014 decían, 40 conciertos por los 40 años de existencia y disco para 2015 quizás. Sin embargo, pocos días atrás nos hemos enterado de manera oficial que Malcolm Young, insigne guitarrista de la banda, se retira definitivamente por motivos de salud. Cercanos comentaron de su grave estado y que no será capaz de acompañar a la banda en esta etapa final. 

Y nada más, se retira un grande y era mi deber lamentarlo de manera pública. Con tristeza, resignación pero una gran cuota de agradecimiento ...

miércoles, 16 de abril de 2014

St. Vincent: St. Vincent (2014)

Radiante pop

Annie Erin Clark (a.k.a St.Vincent) debe ser, en lo que a música respecta, una de las damas más interesantes que ha parido la última década. Una mujer que disco a disco ha ido mejorando el nivel y lo mejor de todo es que lo ha hecho trabajando bajo sus propios esquemas, sin entregar concesiones a nadie, ni siquiera a sus propios fans. Y si Strange mercy (2011) o Loves this giant (su colaboración en 2012 con David Byrne) estuvieron bien, este nuevo álbum homónimo está mejor aún, St. Vincent (el álbum) se consagra para mi como lo mejor que esta hembra nos ha entregado en sus siete años de ascendente carrera. 

El disco comienza en plan contagioso, dueño de un pop radiante. "Rattlesnake" y "Birth on reverse" son electrónica, sucias guitarras y la voz de Annie completamente distorsionada. Más adelante sonarán otras en esta misma línea, un pop muy elegante que encuentra magníficos coros y trabaja arreglos que no repiten demasiado las fórmulas de modo que el asunto no agota. "Digital witness" es el tema que me encantaría oír hoy en las radios, en "Regret" escuché los caminos que ojalá Bjork se hubiese decidido a recorrer algún día mientras que "Bring me your loves" es tan agresiva como sexy. 

No todo es movimiento y existirán en el álbum momentos de calma, adorable calma. Ahí suenan las bellas atmósferas de "Prince Johnny", un tema en donde Annie se luce con los vaivenes de su voz, o "I prefer your love", otro momentazo que me recordó a esa Madonna oscura del Ray of light (1997) ('Substitute for love' es la referencia obvia)tanto en el sonido como en la interpretación. 

Finalmente, incluso en los momentos de relleno, instantes en donde el disco por primera vez comienza a repetir recursos, el asunto sigue funcionando. Es el caso de la golpeada "Psychopath", la juguetona "Every tear dissapears" o el cierre a cargo de la balada "Severed crossed fingers". 

Estamos frente a un disco bien compuesto y que individualmente funciona sin problemas, buenas canciones hay (y muchas!), todas trabajadas al detalle logrando evidenciar el que St. Vincent se encuentra viviendo su mejor momento creativo, sin embargo, al disco le falta "algo", una que otra explosión particular que lograse catapultar al trabajo a una categoría mayor y acercarlo a la real excelencia

Da la sensación en todo caso de que está todo dado para que St. Vincent reviente definitivamente en un siguiente trabajo, acá nos ha entregado un disco equilibrado y de primer nivel, lo que no es poco.

7,5 / 10
¡Muy bueno!

viernes, 11 de abril de 2014

The War On Drugs: Lost In The Dream (2014 )

Memorable.

Tan solo un disco alcanzaron a trabajar en conjunto Kurt Vile y el guitarrista  Adam Granduciel al frente de los War on drugs, ya que en 2008 el primero, junto a un par de integrantes más, decidieron abandonar el buque. Granduciel se vio entonces en la obligación de rearmar el proyecto abocándose de lleno a las labores de composición y como resultado de aquello en 2011 vio la luz un más que decente Slave ambient, un trabajo interesante pero algo monótono en el global, además de ser demasiado repetitivo en sus influencias (el perfume a Bob Dylan a momentos era muy notorio). Por todo esto, la llegada de este tercer disco era esperada por muchos, la banda debía mostrar alas propias y confirmarse como algo más que una promesa.

Y bueno, luego de tres largos años de silencio el álbum ya vive entre nosotros pero la espera ha valido la pena, Lost in the dream no solo es el mejor álbum al día de hoy de la agrupación sino que desde ya se cuela entre lo más brillante que en lo personal he oído en este 2014.

Si hay algo que necesitaba un nuevo álbum de The war on drugs era desmarcarse de alguna manera de sus inicios, asunto que acá ocurre ... ¡y de que manera!. En una primera pasada llama la atención la extensión de los temas (mucha canción sobre los seis minutos) como el cóctel de influencias que el disco ofrece, eso además de una cuidada producción que privilegia los ambientes por sobre las guitarras e incluso las voces. Mucho sonido de los 80's, desde Bruce Springsteen, el ya citado Bob Dylan hasta las inevitables referencias sonoras a Mark Knopfler y los ambientes de Dire Straits. Pero mencionar a dos o tres sería ingrato frente a un trabajo tan bien desarrollado, repleto de múltiples influencias pero que además posee el mérito de sonar atractivo y no excesivamente añejo. 

La partida con "Under the pressure" por si sola es fascinante, un medio tiempo que enlaza sutiles guitarras con un piano constante, buena partida que engancha a la perfección con el dinamismo de "Red eyes", un rock & roll que te deja muy arriba. De ahí en adelante el asunto dispara hacia distintas aristas, "Suffering" es muy triste y melancólica, "An ocean in between the waves" (probablemente el mejor tema del disco) es una obra maestra que durante siete minutos derrocha intensidad (acá la mencionada referencia a la guitarra de Mark Knopfler es obligada) y "Dissapearing" trae el presente al mejor de los Tears for fears. En "Eyes to the wind" , "Lost in the dream" (la canción) y la balada final "In reverse" aparece Dylan, primero en versión pop, luego de manera más íntima y en "Burning" escuchamos a Bruce Springsteen. La pregunta acá entonces cae de cajón: ¿Tanta marcada influencia resta méritos al trabajo? En absoluto. Lo de The war on drugs en este disco es tomar el rock ochentero como referencia (muy distinto al plagio descarado) y sobre aquellos cimientos construir un álbum fabuloso.

Poco que agregar acá entonces. Lost in the dream ha resultado ser el trabajo que The war on drugs necesitaban para justificar el hype en torno a la banda y la verdad es que los tipos han superado con creces lo que todos esperábamos. Simplemente fantástico. 

9/10
Brillante!

martes, 8 de abril de 2014

Liars: Mess (2014)

¡Danzad malditos!

Una disco, sudor, mucho humo y electrónica a todo dar. Hacia allá me ha llevado el séptimo trabajo de Liars, que no es otra cosa que el proyecto del inquieto Angus Andrew, quienes con Mess conservan su espíritu inquieto y la oscuridad de sus versos pero volcándose esta vez de lleno hacia las maquinitas, sintetizadores y un sonido en general bastante más dinámico y amigable con el auditor que el desarrollado en su anterior disco, el excesivamente sombrío WIXIW

Mess es un álbum que funciona como un continuo y no da tregua, desde la partida a cargo de la dupla "Mask maker/Vox turned D.E.D" (dos que parecen una sola) el asunto muestra las cartas: electrónica muy sucia y que posee toques de una oscuridad bastante bien llevada, en ese sentido las graves vocalizaciones que acompañan ayudan mucho en la generación de ambientes, los cuales se esmeran durante estas primeras canciones en no caer en excesos. La verdad es que el inicio del disco es un paseo al que solo queda entregarse, a las dos ya mencionadas se suman los seis hipnóticos minutos de "I'm no gold" y "Pro anti anti", un verdadero temazo que coquetea incluso con el rock industrial. Cuando llegamos al dinámico synth pop de "Mess on a mission" el asunto la verdad es que, a mi al menos, ya me tenía completamente conquistado.   

Para la segunda parte del disco la banda claramente acumuló los temas más densos. El nudo del álbum se compone por "Darkslide" y "Boyzone", dos interesantes instrumentales cargados a los sintetizadores que recuerdan bastante el sonido de Nine inch nails y por momentos al de los clásicos alemanes de Kraftwerk, estos anteceden al segmento que me pareció más débil de Mess. Los últimos veinte minutos de música (que no es poco!) abren con "Dress walker", un tema que sin maravillar logra mantener el ambiente que el álbum traía antes de las instrumentales, sin embargo, los nueve minutos de "Perpetual village" y el cierre a cargo de "Left speaker blown" son momentos demasiado monótonos y que rompen de manera brusca con el sonido que el trío había encontrado de tan buena forma en la primera parte. 

Para el final el álbum tropieza pero aquello no logra empañar el que, para mi, es por lejos el mejor disco en la carrera de Liars. Un trabajo maduro, que cuenta con un sonido bien logrado, con identidad y que marca un avance importante dentro de la carrera del trío. Liars siguen haciendo lo que les da la gana pero encuentran el ansiado equilibrio.  

7,5 / 10
¡Muy bueno!

viernes, 4 de abril de 2014

Kaiser Chiefs: Education, Education, Education & War (2014)

Sobreviven sin pena ni gloria

Impresiona el como se han ido desinflando algunas bandas durante estos últimos años. Que se yo, Franz Ferdinand, The Killers, Keane o Kaiser Chiefs (no meto en este saco aún a The Strokes ya que todavía guardo esperanza con ellos). Y es que bueno, está claro que no todos podían ser Arctic Monkeys y mal que mal esto ha sucedido desde siempre, agrupaciones que encajan un par de buenos discos pero no logran madurar de buena forma. En el caso de Kaiser chiefs desde hace rato venimos presenciando el fenómeno de una banda que , ya sea por temor o incapacidad, se niega a crecer. Es como si  The Beatles hubiese seguido toda su carrera componiendo canciones como "Love me do" o "I saw you standing there".

Education, education, education & war (hasta el título cansa) es un álbum compuesto con manual en mano. ¿Y que dice el manual? Que el primer tema debe ser ganchero, de esos que divierten. Y ahí entra "The factory gates", rock golpeado, de mucha dinámica que seguro en un recital divertirá. Luego tiene que venir el medio tiempo y ahí tienes la simpática "Coming home". Posteriormente le meten acelerador al disco, "Misery homes" divierte con sus golpeteos militares y sus "ah ah ah ah ah !!!" mientras que "Ruffians on parade" es de lo más hiperquinético del álbum. ¿Y cómo sigue el manual? ¡Claro! Luego de varias rápidas tiene que venir una pausa y ahí suena "Meanwhile, up in heaven", un medio tiempo muy armónico que posee buen coro. Llegamos a la mitad del disco sin demasiados reparos, las canciones son agradables y pegotes (mejoran lo realizado en el anterior disco) pero de sorpresa y ambición, nada. 

Y bueno, como suele suceder en este tipo de trabajos, la segunda parte trae el relleno y funciona como un calco de la primera. "One more last song" y "Bows & arrows" son las rápidas, "My life" y "Roses" las lentas. Lo más destacable para mi está en los seis minutos de "Cannons" (que en realidad son cuatro, ya que hay dos minutos de diálogos), el único tema en todo el disco que sorprende un poco (solo un poco) en su estructura gracias a un buen quiebre que posee a medio tema. Lo otro positivo de esta parte final es que termina pronto, son solo diez canciones en total, lo cual (dado lo monótono que se vuelve el asunto hacia el termino) se agradece. 

En síntesis,  Kaiser chiefs insisten en sonar divertidos y adolescentes, se han estancado en una posición cómoda que les permite seguir con vida y mantener a su fanaticada de base. Han pasado diez años ya de aquel "I predict a riot", un clásico instantáneo que seguimos oyendo al día de hoy en las radios y tal parece que la banda, consciente de que no poseen mucho más que aquello, se ha terminado conformando con repetir la fórmula una y otra vez. En el fútbol hay un dicho: "cuando no se puede ganar es bueno no perder" y bueno, ahí están los Kaiser chiefs, con manual en mano intentando al menos no perder.    

5 / 10 
Nada muy especial.

miércoles, 2 de abril de 2014

Elbow: The Take Off and Landing of Everything (2014)

"Con lo justo ..."

Elbow es ante todo una banda difícil de clasificar, una agrupación especial y probablemente una de las más interesantes de la última década. Por ahí leí que esta banda "nació madura" y si, desde sus comienzos han sonado densos y emocionales, musicalmente se han mantenido alejados de la fórmula sencilla y aquello les ha pasado la cuenta, situándolos siempre a distancia de la masividad, sin embargo, álbumes como The seldom seen kid (2008) o Build a rocket boys! (2011) han sido una clara muestra del innegable talento que estos británicos poseen (el primero más que el segundo, claro). Discos diversos, creativos e inquietos, ricos en melodías y arreglos.

Ahora, muy cierto es que Build a rocket boys! terminó siendo un álbum excesivamente melancólico pero como mencionaba anteriormente, la riqueza de Elbow radica precisamente en su trabajo sin concesiones, lo tomas o lo dejas. Y bueno, basta oír la partida de este nuevo disco para notar de inmediato que la banda no pretende dar tregua y ha decidido dar continuidad al calmo sonido de su anterior trabajo.

El álbum abre con los siete delicados minutos de "This world blue", una canción hermosa, muy desnuda en arreglos pero que logra un ambiente introductorio perfecto. Algo más golpeada sonará "Charge" y la acústica "Fly boy blue / Lunette" subirá un tanto las revoluciones. Los primeros 20 minutos de música vuelven a demostrar el buen manejo de Elbow a la hora de adornar sus canciones. Bastante amigable también suena la armónica "New York morning", sin embargo, llegando al nudo del álbum comienzan los tropiezos. El disco entra acá en un pantano que seguramente solo cruzarán quienes tengan cariño por la banda, el resto seguro que a medio "Real life (Angel)" escapará. Y es que el asunto desde esta se vuelve lento y bastante monótono, suenan "Honey son", "My sad captains" y "Colour fields" en una linea bastante opaca y aquello solo se interrumpe con la aparición de "The take off and landing of everything" (la canción), siete minutos bastante más atractivos y coloridos que lo venía sonando. El final llega con la intimidad de "The blanket of night", un bonito tema que cumple la misión de despedir el álbum dejándote una sensación agradable.

Todo disco de Elbow requiere tiempo y esta no es la excepción, sin embargo, no hay que ser un genio para notar que estos diez temas solo dan continuidad al sonido de su anterior disco e incluso bajan un tanto (solo un tantito) el nivel. Mirando el vaso medio lleno, acá hay buenas canciones,  melodías y arreglos que funcionan. Mirando el medio vacío, hay también momentos que poco aportan y una monotonía que por minutos suena a estancamiento. Sin embargo, en el global pasan la prueba, el disco es (con lo justo) agradable. 

6 / 10 
Bueno, cumple.