miércoles, 1 de marzo de 2017

20 Años De... Blur : Blur (1997)

"Fantástico giro de rebeldía..."

Las crisis son así, te reinventas o sencillamente sucumbes. Y para Blur el momento de la crisis había llegado. La absurda polémica con Oasis durante el período (1994/96) sin duda les restó energías, lo cual sumado a diversos problemas personales por parte de varios integrantes (corría harta droga en ese entonces en el seno de la agrupación) y una sobre explotación por parte de productoras ansiosas por exprimir al máximo al fenómeno del brit pop,  tenían sumida a la banda en un momento de importante cansancio. Sin embargo, quien diría que frente a la adversidad (e incluso trabajando mucho tiempo por separado) serían capaces de despacharse un homónimo como el que sacaron en 1997. Es que es para no creerlo...

Estamos frente a un disco, por sobretodo, diverso. Un álbum que también sirvió de puente entre el pasado pop/alegre/juguetón de Blur y un futuro bastante más oscuro/melancólico. Un giro de rebeldía que cambiaría el sonido definitivamente de la banda. Los ingleses de pronto se habían vuelto grandes (quizás demasiado pronto), y este álbum marca el comienzo de su etapa final conjugando temas melódicos con otros muy sucios, piezas experimentales con otras marcadamente tristes. Digamos que todo aquello que finalizaría en 2003 tras la edición de Think tank o que incluso llevaría a Damon Albarn a colaborar en Gorillaz, comenzó acá, casi diez años antes. 

La partida del disco entrega claras señales de que las cosas habían cambiado para la banda. 'Beetlebum', la apología de Albarn a la heroína ("Y cuando ella me permite deslizar / Me enciende y toda mi violencia desaparece / Nada está mal / Solo me deslizo y me voy...") , suena tan simple como enorme con ese etéreo solo final a cargo de un Graham Coxon que nunca antes sonó con tanta identidad como en esta ocasión. Que decir, enormes. 


Ahora, más allá de 'Beetlebum', las primeras tres del álbum son una verdadera declaración de principios de hecho. A la mencionada se sumará el rock directo de 'Song 2' (el inolvidable single de este álbum) y la triste 'Country sad ballad man'. Las guitarras volverán a aparecer en la rabiosa 'M.O.R' y más adelante en 'Chinese bombs', ambas marcan una constante en el álbum: un sonido sucio e intencionalmente poco pulcro. También la melancolía será retomada en 'I'm just a killer for your love' o en la deprimente 'Strange news from another star', mientras que canciones como 'On your own', 'Look inside America', 'Movin' on' o la romantiquísima 'You're so great' aportarán el condimento melódico que conecta de alguna forma con el pasado más comercial de la banda. Finalmente, 'Death of a party' y  'Theme from retro' , con esos fantásticos teclados hammond sonando a todo dar y un Albarn sonando vocalizando con delay, entregan ambientes experimentales que jamás Blur había visitado en el pasado y suenan demasiado interesantes.

Con permiso de los fans, el de 1997 me parece el mejor álbum en la carrera de Blur. Un disco incorrecto en muchos aspectos, exploratorio e innovador dentro del sonido de la banda. Ahora claro, el tiempo demostraría que nada de esto sería suficiente como para detener el inminente final, el cual acabó llegando no muchos años más tarde. Sin embargo, nos queda el recuerdo a dos décadas de distancia de este brillante álbum, cuya imagen no hace si no crecer y crecer con el paso del tiempo. 

9/10
Brillante.


Otras reseñas de Blur:
2015 // The magic whip

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