jueves, 5 de enero de 2017

20 Años de ... Marilyn Manson : Antichrist Superstar (1996)



El decadente estado creativo, físico y vocal que vive en el presente Marilyn Manson por momentos nos lleva a olvidar lo grande que fue su pasado y el hecho de que hasta hace algo más de una década este se encontraba en plena forma, eso además de haber sido capaz de encajar al hilo al menos cuatro grandes álbumes entre 1996 y 2003. A los chicos de entre 15 y 20 habría que explicarles que el personaje que hoy ven sobre el escenario alguna vez hizo rodar cabezas y generó fuertes controversias desde la estética, discurso y también en materia musical. Ahora, todo aquello se gestó hace un poco más de dos décadas, tiempo en donde un entonces desconocido Brian Warner comenzó en silencio junto a su banda + Trent Reznor (quien lo apadrinó al poco tiempo de haber lanzado el brutal The downrald spiral y de hecho aparece en los créditos de dos canciones del álbum) a trabajar la que vendría a ser una de las monstruosidades más maravillosas de dicha década: Antichrist superstar.

Cualquier cosa que se diga respecto a este álbum seguramente se quedará corta. Hablamos de un disco conceptual absolutamente fantástico, marcado por las influencias (Nietzsche en lo lírico, Reznor en lo musical) y desdicha de un Warner (Mr. Manson en ese entonces, y no Marilyn Manson como hoy es conocido) que deseaba vomitar sobre un mundo al cual también anhelaba devorar con idénticas ansias. En medio de esta contradicción personal y un contexto comercial en donde el grunge agonizaba para dar paso al brit pop, fue que se abrió espacio para que la figura del vocalista emergiese ganase gran popularidad, ayudado basicamente por el demoledor éxito del single 'The beautiful people', aunque claro, al hurgar en la madriguera todos acabarían descubriendo que Manson estaba lejos de ser un "one hit wonder".

De hecho, cuando hablamos de Antichrist superstar debemos entender el que no hablamos de un simple disco o de un montón de buenas canciones sino más bien de una obra compleja, repleta de simbolismos e ideas que fueron plasmadas de manera perfecta en setenta minutos de música. 

El álbum está compuesto por tres fases o ciclos que narran la historia de un ser que se propone destruirlo absolutamente todo para imponer su llegada (la del "Anticristo"). En este proceso de ira y transformación, a ratos sumamente humana, vivirá etapas de presentación, crecimiento, expansión y revelación (larva / mariposa / ángel), las cuales decantarán en una profunda desilusión, por lo que tras constatar la inexistencia de Dios acabará terminando con su propia existencia y por ende, el mundo (cuando morimos, muere el mundo, pues en nuestra conciencia no existe nada más allá de la individualidad). La metáfora es tan potente como compleja y se encuentra desarrollada de una manera tan sólida que no deja espacio a la duda.

La primera fase (la presentación del hierofante) abre con la dupla 'Irresponsable hate anthem' ("el himno del odio irresponsable") + 'The beautiful people', donde la ira, el descontrol y la destrucción se desatan ("mataremos a todos y dejaremos que tu Dios lo solucione..."). Esta es claramente una fase en donde Manson escupe a la sociedad contemporánea, a su hipocresía y banalidad. El Anticristo entra con todo y termina su declaración de principios con el fantástico intento de seducción que es 'Dried up, tied and dead to the world'.


"Seré tu amante. Lo seré por siempre. Lo seré mañana.
Soy cualquier cosa cuando estoy drogado.
¿No quieres algo de esto?
¿No necesitas algo de esto?"

La primera demostración de humanidad que el álbum muestra (y que no será la única) es la pesadilla hecha balada 'Tourniquet' ("Yo nunca quise que esto terminase así. Pero las moscas pondrán sus huevos..."), tras la cual abrirá el segundo ciclo del trabajo: 'Inauguration of the worm'. En esta sección el disco tiende a rendir culto a la figura del Anticristo, quien ha triunfado en 'Little horn' ("El pequeño cuerno ha nacido. El mundo abre sus piernas a una nueva estrella..."), es idolatrado por sus seguidores en 'Mister superstar' , aunque claro, conocerá acá ambas caras de la moneda ("Ey! Sr. Super estrella, mataría por ti / Te mataré si no puedo tenerte..." ) para finalmente proclamarse creador, salvador y destructor en la violenta 'Angel with the scabbed wings'. 

El final se acerca, el tercer ciclo titulado 'Desintegrator rising' abre con dos momentos fabulosos en donde el Anticristo continúa expandiendo su legado, primero en forma de prédica con 'Antichrist superstar', donde dispara duramente al cristianismo (quienes seguimos a Manson desde aquellos años sabemos que siempre la interpretó desde un púlpito, embriagado de poder cual predicador, mientras rompía biblias, desatando con esto la ira de instituciones cristianas que en su momento marcharon por censurarlo) con linea tales como "Tu me fortaleces con tu infierno de deseos / No tuve necesidad de venderte / Tu tiras tu dinero hacia un pozo con orina / Haces justo lo que se te dice. ¡Arrepiéntete! ..." y luego en la desatada '1996', otro ataque destructivo de parte de alguien que se declaraba en contra de todo lo establecido, aunque ciertas lineas insinúan que la crisis se avecina ("No puedo creer en las cosas que no creen en mi / Ahora es tu turno de ver que cosas odio de mi...").

Ahora, como si todo lo anterior no hubiese sido suficiente, la recta final nos depara probablemente uno de los momentos mejor logrados en toda la carrera de Marilyn Manson. El cansancio y decadencia de 'Minute of decay'  ("Estoy muy cansado para odiar. Siento el vacío. Siento el momento de decadencia. Amo darme por vencido. Amo vivir esta mentira...") da paso a la revelación de 'The reflecting god' ("Fui hacia Dios solo a mirar. Y me estaba mirando a mi mismo. Vi que el paraíso e infierno eran una mentira...") y el sacrificio final en 'Man that you fear'.

"Abre bien los ojos. Arrástrate por la oscuridad.
Envenenaste a tus niños para camuflar tus cicatrices.
Ruega hasta las astillas. Ruega hasta tus miedos. 
Ruega que tu vida haya sido un sueño. La herida jamás sana.
El mundo ahora está en mis manos y nadie puede oírte.
No queda nadie para ti..."


El álbum cierra de manera gloriosa con dos de las mejores canciones escritas por Manson en su carrera, buenos ejemplos además de la complejidad y diversidad de un disco impresionante desde la arista que se observe. Una crítica ácida e inteligente (y por cierto, poco comprendida incluso al día de hoy) a los Estados Unidos de aquel entonces, a la moralidad de occidente y sus costumbres. Manson creaba y mataba a su personaje al instante, dos años más tarde volvería totalmente reinventado en una especie de Bowie moderno pero aquello será motivo de una futura reseña de aniversario. Por ahora nos quedamos con Antichrist superstar, una genialidad moderna que veinte años más tarde sigue sonando tan impactante como en su primer día de vida.

10/ 10
Obra maestra.

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