viernes, 27 de noviembre de 2015

Ought // Sun Coming Down // 2015

Exquisito desenfreno. 

Y lo han vuelto a hacer. Conscientes de las buenas sensaciones dejadas por su debut en 2014, los canadienses de Ought no han dejado pasar demasiado tiempo para volver a golpear la mesa. Repiten la fórmula eso si, echando mano nuevamente a ese rock frenético que sigue mostrando influencias del lo fi noventero, que abraza sin temor al post punk y rinde culto a su inevitable referencia, la de David Byrne y los Talking heads.

El disco abre y nos rendimos de inmediato. 'Men for miles' acelera e impacta con su desenfreno, constante aceleración y esa estructura caótica que hacia el cierre te deja incluso con gusto a poco, como si un par de minutos más de improvisación hubiesen venido bien. 'The combo' + 'Sun coming down' (la canción) entregarán momentos más ruidosos aún, con una banda completamente entregada al post punk mientras que 'Passionate turn' trabajará tiempos más calmos y 'Beautiful blue sky' funcionará como una verdadera montaña rusa de intensidad. En su recta final, y tal como ocurría en el debut, el disco cansa un poco encontrando ahí su principal (y quizás único) defecto, ahora, de todas maneras el cierre a cargo de 'Never better' es tremendo, con una banda desenfundando nuevamente lo mejor de su repertorio.

Con Sun coming down entonces Ought regala dos o tres momentos de altísimo nivel, más un viaje que continúa gozando de una frescura que contagia. Las armas utilizadas, como suele ocurrir con un segundo disco, son similares a las del debut por lo que el desafío de crecimiento queda instalado desde ya previo al siempre complicado tercer trabajo. Por ahora eso si, la banda se consagra como una de las sorpresas más gratas de los últimos años. 

3.5 // Muy bueno !!!

Otras reseñas de Ought
2014 // Ought // More than any other day

martes, 24 de noviembre de 2015

Deafheaven: New Bermuda (2015)

Fórmula efectiva.

Los amantes de las etiquetas deben estar desesperados con Deafheaven, si hasta les inventaron una: el blackgaze. Y es que a estos californianos resulta realmente difícil encasillarlos dada la interesante mixtura de estilos que vienen generando desde hace al menos cinco años, la cual encontró en Sunbather (uno de los buenos discos que oiremos durante la presente década) su aparente máxima expresión, digo aparente ya que está por verse hasta donde los tipos logran llegar con su música. 

El caso es que, a dos años del mencionado trabajo, los tenemos de regreso dispuestos a enfrentar las altas expectativas generadas y lo hacen con New Bermuda, su tercer álbum.

Con una ejecución impecable, este inicia con 'Brought to the water', un tema veloz, oscuro, con una dinámica que hasta los cuatro minutos no da tregua para luego dar paso a una sección melódica, que a momentos llega a ser hermosa. Son casi nueve minutos de una banda consciente de que el primer golpe debía ser efectivo, y así ha sido. 'Luna' es una que insistirá sobre el mismo sonido, nuevamente sin dar respiro el tema abre con un fraseo muy similar al ejecutado en 'Brought to the water' para a los seis minutos sacar el pie del acelerador y entregar un momento de calma. Es un buen tema pero junto a el aparece un primer problema: la evidente repetición de la fórmula. De hecho el tercer tema, 'Baby blue', caerá en lo mismo, abrirá muy densa (se diferencia en ese sentido a las dos anteriores) pero al rato romperá la dinámica para entregar un cierre limpio y luminoso. Es un buen momento de todas maneras, pese a la redundancia.

El mejor tema del álbum es sin lugar a dudas 'Come back'. La primera hasta acá que propone algo diferente, abriendo en medio de la tranquilidad con una agradable sección de cuerdas + batería para luego desenfundar un emotivo solo de guitarra y preparar la entrada de George Clarke, que vocalmente acá sigue entregándolo todo. Llegamos así al cierre del álbum, sonará entonces el medio tiempo 'Gifts for the earth', que si bien durante su primera mitad apuesta por algo interesante acaba por deshacerse entre los lugares melódicos comunes que abundan en el disco. 

En definitiva: la pasada por los 45 minutos de New Bermuda no deberían decepcionar a ningún seguidor de la banda, encontramos acá momentos caóticos que se equilibran con notables pasajes de calma, todos ejecutados de manera impecable y efectivos en lo suyo. ¿El problema? Dos más bien, el primero guarda relación con la producción: es realmente lamentable lo mal que suenan muchos discos de metal en la actualidad pero bueno, ese es tema para otra reseña. Y lo segundo tiene que ver con lo ya mencionado, la repetición de una fórmula que coloca al álbum un par de peldaños por debajo de su antecesor. 

Deafheaven no decepciona con su tercer álbum pero tampoco va por mucho más, mantiene a la banda en su zona de confort ganando algo de tiempo mientras nuevas ideas acaben de llegar. 

7/10
Muy bueno.


Otras reseñas de Deafheaven:

jueves, 19 de noviembre de 2015

Beach House: Thank Your Lucky Stars (2015)

Grato complemento.

Nos sorprendieron sin duda. Tan pronto nos olvidábamos del normalito Depression cherry apareció la noticia: Beach house tenían un nuevo álbum listo para ver la luz. Fruto de las mismas sesiones del mencionado, aunque con una idea sonora diferente - afirmaba el dúo previo a la aparición del que vendría a ser su sexto disco. Y bueno, con este viviendo entre nosotros desde hace un buen tiempo a la fecha, podemos afirmar que efectivamente se aprecian matices respecto a su hermano inmediato, en Thank your lucky stars apreciamos a una banda más limpia, que se enfoca en las melodías para de paso marcar distancia con los densos y ruidosos ambientes que abundaban en Depression cherry

El disco abre con ternura, y Victoria Legrand convence de entrada interpretando una dulce y amigable 'Majorette'. Ahora, desde este punto la verdad es que el álbum no se distanciará demasiado, continuará navegando sobre la calma con 'She's so lovely' + 'All your yeahs', incorporará leves distorsiones en 'One thing' pero retomará rápidamente la melancolía en 'Common girl'. La recta final no desentona, encontrando gratos momentos en las guitarras de 'Elegy to the void', probablemente el mejor tema del disco, y en el emocionante cierre que se vive con 'Somewhere tonight'

Thank your lucky stars acaba sobre la inevitable sensación de que con algunos de estos diez temas y otros de Depression cherry se pudo armar el que habría sido uno de los grandes discos del año. Sin embargo, no estamos acá para escribir acerca de lo que pudo ser, y en ese sentido este regalo de Beach house, si bien me parece supera el nivel de su inmediato antecesor, carece de la intensidad de este, por lo que al final mucho más allá de sus gratas y tranquilas melodías no logra llegar. De todas maneras el dúo conserva el filo y entrega momentos de indudable calidad. En lo suyo siguen siendo grandes. 

7/10
Muy bueno.


Otras reseñas de Beach House:
2015 // Beach house // Depression Cherry
2012 // Beach house // Bloom

domingo, 15 de noviembre de 2015

John Grant: Grey Tickles, Black Pressure (2015)

"Rebeldía, humor, astucia e ironía..."

En su linea. Crudo, visceral y con su siempre singular sentido del humor, llega a nosotros el tercer álbum en solitario de John Grant, quien vuelve a enfrentar sus fantasmas componiendo y exponiendo sin demasiada poesía su sentir. En ese sentido Grey tickles, black pressure es un álbum que no contiene desperdicio, con una narrativa tan divertida como personal que enmarca al cantautor inglés como uno de los personajes más lúcidos de la escena actual. 

Realizando una comparación con los dos álbumes anteriores de Grant resulta llamativo el que en esta ocasión el vocalista se haya inclinado hacia la linea más ligera de estos, dándole continuidad a los coqueteos electrónicos insinuados en canciones como 'Black belt' y escapando un tanto de la fórmula balada  + piano + guitarra. El resultado es notable, y si bien el disco abre despotricando desgracias en la notable 'Grey tickles, black pressure' (la canción), en donde se despacha lineas tan notables como "Pero hay niños que tienen cáncer, ahí no puedo competir...", rápidamente el asunto se volverá más ligero gracias a la juguetona 'Snug slacks', la explosiva declaración de despecho que es 'Guess how I know' o las divertidísimas 'You & him' o 'Voodoo doll'. Entre estas dos sonará un agradable medio tiempo acústico titulado 'Down here' (perfume a Beck y Bowie se respira acá), dando cierre a una primera mitad que no muestra punto bajo. 

Con las baladas 'Global warning' + 'Magma arrives' aparecerá el John Grant tradicional, sin embargo, la zona de confort se abandonará rápidamente con la aparición de las oscuras 'Black blizzard' y ' 'Disappointing' , muy David Byrne ambas. Y si de extravagancias se trata, los doce minutos finales compuestos por la dupla 'No more tangles' + 'Geraldine' no hacen más que corroborar la confianza de un hombre que en plenos cuarenta ha venido a encontrar el que probablemente sea el mejor momento creativo de su carrera. 

Para Grey tickles, Black pressure claramente Grant no se ha dejado nada en el tintero: guitarras, teclados, vientos y múltiples sintetizadores acompañan sus mensajes llenos de rebeldía, humor, astucia e ironía. Y mientras el disco acaba, con una pequeña susurrando un potente mensaje ("El amor es paciente, el amor es amable. Siempre protege, siempre persevera. El amor nunca falla") reparamos en lo espontaneo y talentoso que acabamos de oír. Sin lugar a dudas otro de los grandes discos de este 2015.

8/10
Excelente.

jueves, 12 de noviembre de 2015

The Maccabees // Marks To Prove It // 2015


Internet llegó para cambiarlo todo. De pronto la industria de la música se vio en jaque, al punto en que hoy ningún medio de comunicación puede manejar nuestros gustos, o al menos tienen menos margen de llegada en relación a décadas anteriores. 

Pero también es cierto que el fenómeno prácticamente acabó con las grandes bandas. Sin una radio influyente en el oído medio y con MTV acabado, somos nosotros los que debemos ir hacia la música, lo cual inevitablemente ha vuelto a la escena algo más elitista. Es así como grandes álbumes aparecen y aparecen, pero el público corriente (ese que no compra discos sino que solo se conforma con el hit del momento) no se entera y sigue optando (sobretodo dentro del rock) por la nostalgia en lugar de la novedad. 

Y bueno, toda esta introducción a propósito del cuarto álbum de The maccabees, un paso enorme dentro de su discografía y uno de los buenos discos que nos dejará este 2015, uno que en otro momento de la historia se habría colado sin problemas en la memoria colectiva con más de alguna canción pero que hoy injustamente pasa prácticamente desapercibido para la inmensa mayoría.

Marks to prove it es, ante todo, un disco de grandes canciones, uno de esos álbumes que coquetean con el rock y el pop en iguales magnitudes saliendo en ambos casos bien parados. Aceleran en ocasiones, entregando impecables dosis de un inquieto rock & roll en 'Marks to prove it' (la canción), encuentran tonos épicos en las explosivas 'Kamakura', 'ww1 portraits' o la ascendente 'Spit it out', regalan agradables medios tiempos en 'Ribbon road' o la experimental 'Riven song' y cuando exploran la balada lo hacen bien tanto con guitarra en mano ('Silence') como cuando se sientan al piano ('Slow sun')

The maccabees encuentran así su mejor disco a la fecha, un álbum ameno, bien compuesto e individualmente potente, repleto de muy buenas y emocionales canciones. Se percibe a una banda honesta, visitando quizás lugares comunes por momentos (no descubren nada remotamente nuevo) pero en lo suyo los tipos cumplen de sobra. Como para seguir atentos a sus pasos. 

4.0 // Excelente !

sábado, 7 de noviembre de 2015

Monster Magnet: Cobras And Fire : The Mastermind Redux (2015)


Tras una década trabajando prácticamente en el anonimato sonidos cercanos al hard rock, los liderados por el gran Dave Wyndorf acertaron de lleno en 2013 con su regreso a la psicodelia en The last patrol. De hecho, tan buena recepción obtuvo dicho disco que, a falta de nuevo material, la banda decidió en 2014 lanzar un refrito de este titulado Milking the stars: a re-imagining of last patrol y en este 2015 vuelven a repetir el chiste con una revisión de The mastermind (2010). El ejercicio no cabe duda es excesivo (la portada anticipa lo que se viene), sin embargo, en absoluto desechable. 

Siendo precisos, Cobras and fire pasa por ácido siete temas del Mastermind, complementa con un notable cover de los Temptations, agrega un par de ideas sueltas y nos regala un viaje cargado al space rock que no entrega concesiones. En relación a las versiones originales, la mayoría de las canciones no presentan cambios de estructura sino más bien de arreglos, 'She digs that hole', por ejemplo, conserva su categoría de hit inmediato mientras que 'The mastermind 69' o  'When the planes fall from the sky' se transforman en un viaje psicodélico de proporciones, el cual se complementa de manera impecable con la efectiva 'Watch me fade' o los nueve minutos de 'Cobras and fire (Hallucination bombs)', una en donde no cabe más que dejarse llevar por la experiencia propuesta. Otra de las revisiones interesantes se marca con 'Gods, punks and the everlasting twilight', la cual baja un poco las revoluciones en relación a la versión de 2010 entregándole un grado de intimidad importante al tema. 

No todo acá es perfecto eso si, poco aportan 'The titan' o 'Time machine', que no son más que versiones instrumentales de las de 2010 mientras que el cierre a cargo de 'I live behind the paradise machine' es un exceso de principio a fin. Con todo, el ejercicio que Monster magnet propone en esta ocasión es interesante y logra por momentos importantes rescatar un disco que efectivamente merecía un tratamiento un poco más refinado, una producción diferente a la original que le permitiese lucir de mejor forma.

Gana tiempo con esta jugada Dave Wyndorf y logra conservar nuestra atención en sus jugadas, esperemos eso si que las revisiones lleguen hasta acá y el hombre se concentre al fin en el sucesor del gran Last patrol


6/10
Bueno, cumple.


Otras reseñas de Monster Magnet:
2013 // Monster magnet // The last patrol 

jueves, 5 de noviembre de 2015

Ahab: The Boats Of The Glen Carrig (2015)


El peso de los alemanes de Ahab está de regreso. Tras tres años de silencio, y luego del notable The giant (2012), aquello que los amantes de las etiquetas han titulado como funeral doom vuelve a desenfundarse con un talento que continúa sorprendiendo. Tan solo cinco piezas y casi una hora de duración es lo que Ahab nos entrega en esta ocasión, una verdadera sobredosis de lo que mejor saben hacer: ese sonido denso, espeso, que avanza y envuelve lentamente tu cabeza con verdaderas oleadas de oscuridad, lo cual por cierto contrasta completamente con el colorido de la portada, eso hay que decirlo.

Los diez minutos de 'The isle' son los encargados de abrir el disco. Acá oiremos un calmo relato que acabará explotando entre guitarras y soberbios guturales, a medio tema una preciosa parada acústica y hacia el final un solo completará una estructura fascinante, el comienzo de un álbum que no se quedará solo en esto. 'The thing that made search' es aún más densa, ahondando en el tono fúnebre de la banda mientras que 'Red foam (The great storm)' es mucho más violenta y de dinámica más veloz, la interpretación vocal es fenomenal y la potencia de la banda se percibe a tope. Ahora, con los quince minutos (!!!) de 'The weedmen' el asunto vuelve a sus cauces habituales, nuevamente densas estructuras, cargadas al riff de peso y a las lentas oleadas de guitarras que van y vuelven todo el tiempo, de igual forma 'To mourn job' cerrará el disco de manera notable, enlazando voces limpias con guturales, distorsionándolo todo para luego entregar una notable pausa, digna de unos tipos que se manejan a la perfección en lo suyo.

Dentro de la música extrema Ahab se mueve entre margenes que claramente no son para cualquier oído. Su música es compleja y difícil de seguir, sin embargo, con su cuarto disco han vuelto a demostrar hasta donde son capaces de llegar, conjugando con maestría belleza y oscuridad en iguales proporciones. Dentro del estilo siguen siendo de lo más interesante que existe. 

7/10
Muy bueno.

 

domingo, 1 de noviembre de 2015

Dave Gahan & Soulsavers: Angels & Ghosts (2015)


Tal parece que el trabajo realizado para The light the dead see (2012)  dejó buenas migas entre Dave Gahan y la dupla de productores Machin + Glover, buenas relaciones que tres años más tarde han desembocado en un nuevo álbum, el cual en estricto rigor corresponde al quinto de Soulsavers (recordemos que los tres primeros contaron con la presencia de Mark Lanegan en las voces). Y si el de 2012 resultó ser un experimento excesivamente íntimo y difícil de llevar en lo musical, en Angels & ghosts hemos logrado ver a un trío logrando mejores cosas, encontrando una química un poco más explosiva que en el debut. Dicho en simple: la dinámica de Soulsavers continúa siendo oscura pero fluye de mucho mejor forma, ayudados en esto quizás por el ímpetu de un Gahan que ya en Delta Machine (lo más reciente de Depeche Mode) había logrado dar con un particular carácter en las interpretaciones, aspecto que acá ha exacerbado.   

El disco abre de buena forma con la dupla 'Shine' + 'You owe me', en la primera Gahan cubre absolutamente todo con su característico grave registro y es acompañado únicamente por el slide de una guitarra más una sutil batería que marca los tiempos mientras que en la segunda percibimos al trío en plan banda rock logrando un notable y profundo tema, algo similar encontraremos más adelante en 'Don't cry', otra en donde el trío desenfunda los aspectos más crudos de su sonido. 'Tempted' es una que cuesta en primera instancia pero que poco a poco comienza a mostrar sus matices hasta acabar explotando hacia el cierre, es una gran canción que se ve complementada a la perfección con 'All of this and nothing', un single incontestable que ya nos lo habríamos querido en una nueva entrega de Depeche Mode (los arreglos del tema recuerdan incluso un poco lo que estos realizaron años atrás en 'Dream on'). 

Ahora, si hasta aquí el disco había funcionado a la perfección, lamentablemente entrando en su segundo mitad comienza a entramparse entre una serie de baladas. 'One thing', por ejemplo, es una que pese a entregar una agradable y sentida melodía acaba perdiendo fuerza en medida que avanza mientras que 'Lately' o el cierre a cargo de 'My sun' tampoco nos dicen demasiado. De toda esta pasada final solamente el inquietante tono fúnebre de 'The last time' me ha parecido digno de destacar, poco para un disco que me parece merecía un mejor cierre. 

Con todo, Angels & Ghosts mejora bastante la oferta frente a lo que el trío había entregado tres años atrás y consolida además a Soulsavers como una propuesta a tener en cuenta a futuro. Hay vida para Dave Gahan fuera de Depeche Mode, lo cual no deja de ser una grata señal.  

7/10
Muy bueno.